Delgado aportó su visión sobre el campo como modelo al futuro de la bioindustria

Dentro del programa de capacitación continua de políticas públicas que la cartera social impulsa, el ministro Gabriel Yedlin moderó una charla con el licenciado en Economía y  doctor en Finanzas, Gabriel Delgado, de la que participó parte de su gabinete, el intendente de Tafí Viejo, Javier Noguera y el secretario de Innovación y Desarrollo Tecnológico, Mariano Garmendia.

Yedlin durante el contacto con Delgado.

El tema abordado fue «El Campo como modelo al futuro de la bioindustria” y tras la exposición, los participantes de la charla, que se realizó a través de la plataforma Zoom, pudieron intercambiar impresiones y realizar preguntas al especialista en el marco de un espacio con conexión,  que se  capacita en temas más allá de la función específica en el  Ministerio.

Delgado comenzó su alocución explicando que el origen y la causa de las distintas recesiones que atravesó la economía argentina a lo largo de los años fue la falta de dólares.

En ese sentido, indicó que “se debe trabajar sobre diferentes ejes para generar dólares genuinos la falta de dólares” y agregó que “difícilmente sea el sector agropecuario tal cual está el que haga aportes de relevancia al comercio exterior de la argentina porque nuestros principales componentes exportadores son la soja, el maíz trigo y girasol aunque afortunadamente comenzó a tallar la carne”.

“Para poder conseguir los 10 o 15 mil millones de dólares anuales que le hacen falta a la Argentina, difícilmente sea con granos”, complementó.

“Exportar maíz no es mérito, porque es exportar mano de obra, que exportar el chancho, el pollo o la vaca pero no el maíz, que no se exporta por definición”, opinó.

Explicó que la oleaginosa tiene 160 aplicaciones: “El maíz produce Etanol, polenta, química verde, etcétera. Exportar maíz es exportar trabajo y hay que generar incentivos concretos a la exportación de cosas que tengan trabajo agregado y de mayor valor”.

Tras afirmar que “las regiones agrícolas de granos ya están al máximo de la capacidad productiva y las regiones que están más alejadas de los puertos tienen la enorme dificultad del costo de los fletes” aseveró que estamos con un modelo en decadencia: “Cuando se dice que Argentina aporta alimentos equivalentes a 400 millones de personas es un autoengaño porque producimos alimentos fundamentalmente para engordar animales”.

“Una de la grandes políticas agrícolas y macroeconómicas que podría seguir la Argentina es cambiar la matriz productiva y de exportaciones para comenzar a exportar alimentos para consumo humano directo”, propuso Delgado.

Pidió que haya un consenso “amplio y robusto respecto de la performance exportadora de la Argentina a través de una agenda que debe imponerse para parar por la generación de ciclos de recesiones y crecimientos y recesiones, que ya nos han dejado un 40 por ciento de pobres”.

Luego, se refirió a la historia de los graneles que se estructuran en los puertos: “Hay lo que yo llamo la Logia Primarizante Argentina (LOPA), que no nos deja  salir de esta situación de enclave productivo, más allá del dinamismo que tiene en algunas partes del país el sector agroindustrial  o bioindustrial, como prefiero llamarlo”.

“Tenemos las mejores aduanas del mundo para exportar graneles pero cuando hablamos de la distribución de containers con la exportación de alimentos para consumo humano directo tenemos muchas dificultades”, añadió.

Asimismo, clarificó que al referirse a alimentos para consumo humano directo “me estoy refiriendo al conjunto de las economías regionales del país, y digo que el maíz y la soja deberíamos dárselas de comer acá a los animales y exportemos los animales, aun faenados, cualquiera sea el tipo de carne”.

En términos cuantificables, Delgado ilustró que “una tonelada de maíz vale menos de 200 dólares, mientras que  una tonelada de carne vale 4.500 dólares y eso podría aumentar sensiblemente la balanza comercial de la Argentina y por lo tanto el balance de pagos del Banco Central”.

Además, señaló que la política agrícola tiene que tener una mirada estratégica sobre la macroeconomía y los términos  de intercambio y los pequeños agricultores, también hay que observar “cómo el sector de la agroindustria puede aportar a la pobreza urbana, que es el gran flagelo que tiene la Argentina.

Avances

Delgado manifestó que “hay avances importantes en los sectores público y privado de organización de un diálogo más constructivo “.

“Apareció un consejo agroindustrial donde el sector privado manifestó al presidente Alberto Fernández la intención de lograr exportar  100 mil millones de dólares”, contó.

Más adelante, reveló que está trabajando en varios proyectos de ley que abarcan lineamientos de políticas tendientes al logro de esos objetivos y consideró que “es muy importante contar con una empresa nacional  que opere en el mercado de las proteínas, porque así cómo el siglo pasado estuvo dominado por la energía del petróleo, probablemente este siglo esté dominado por las proteínas”.

“Estamos convencidos que una empresa nacional que sea de referencia, no solo para la cuestión fiscal sino comercial e  inversiones estratégicas de la Argentina, para poder contar con sucursales en destino como tienen la mayoría de las grandes traders de alimentos del mundo; para poder contar con una sucursal en Rotterdam, y otra en Shangai para poder tener la propia red de distribución de alimentos”, destacó.

En esa línea, recordó que están trabajando para generar una empresa nacional en el seno de YPF para  aprovechar y socializar los beneficios de tener uno de los lugares más eficaces en la producción de proteínas en el mundo.

Especificó que las tendencias en alimentos en el mundo  son no tener más graneles y no matar más animales para consumir. “Hay un altísimo porcentaje desde jóvenes en las urbes que no quiere consumir carne o alimentos con agroquímicos y Argentina no está bien acomodada estratégicamente a ese mundo de la alimentación que viene”.

Delgado argumentó que “el desarrollo de la legumbres es clave en al Argentina y los materiales genéticos de mayor desarrollo relativo en el mundo no están en la Argentina por la falta de una ley de semillas”.

“No puede ser que no podamos generar un desarrollo de 1.500 millones de dólares en el NOA y en el NEA que es donde mejor se da el cultivo de las legumbres y no podamos tener la arveja amarilla que es la la vedette para reemplazar a la carne”, recalcó.

Sobre Vicentín

Sobre su convocatoria por parte del presidente a la intervención de la empresa Vicentín, señaló que el objetivo era “ en el marco de YPF poder rescatarla y potenciar el accionar que hoy tiene YPF Agro, que es un canal de ventas de gas oil que tiene  la empresa petrolera madre”.

Sostuvo que la idea era “hacer una sociedad parte de YPF, que tome el control de  Vicentín y de esa manera le dé volumen de negocios a YPF Agro, pero hubo algunos errores en ese anuncio que generó un impacto contrario al esperado, donde los propios acreedores, que con el Estado tenían mayor probabilidad de cobro, tuvieron un rechazo a esta medida de intervención para nacionalizarla”.

 “Vicentín dejó un default de 1.500 millones de dólares y con activos que valen como máximo, mil millones de dólares menos que la deuda”, ilustró.

Además, señaló que “estamos en un estancamiento importante desde nuestro comercio exterior y nos pone en este ciclo de crecimiento y recesión”.

Por otro lado, indicó que “el interior tiene una nueva oportunidad después de la pandemia de COVID-19 y hay que acompañar con cuestiones legislativas y política para revertir esta desigualdad que siempre existió entre los puertos y el interior”.

Finalmente, afirmó que “el Estado tiene que acompañar los procesos de inversión” y citó un apotegma: “Todo el mercado que se pueda y todo el estado necesario”.

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