El presidente Alberto Fernández afirmó que los que se oponen a la Reforma Judicial quieren «que en la Justicia todo siga como hasta ahora», y aseguró que no busca con esta iniciativa «perseguir opositores como hicieron otros cuando fueron gobierno».
«Los que se oponen a la Reforma Judicial quieren que en la Justicia todo siga como hasta ahora. Nosotros no vamos a utilizar este proyecto para perseguir a los opositores. Esa es la mejor garantía que pueden tener. No les vamos a hacer a ellos lo que nos hicieron a nosotros», señaló Fernández en declaraciones a la señal televisiva C5N.
El presidente aseguró que su objetivo «no es sacar o poner jueces», y remarcó que lo que busca es «ordenar» el sistema de la Justicia Federal en Argentina.
«No puedo creer que sean tan cínicos. Hubo políticos y medios de comunicación que se sirvieron de los jueces y de los servicos de inteligencia. Este es un proyecto para ordenar la Justicia federal. Hay sectores que en realidad, se oponen porque quieren seguir direccionando a los jueces», subrayó el mandatario.
Las negociaciones con el FMI
Fernández subrayó que no va a «hacer un ajuste que pague la gente» y dijo que confía que la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, lo «va a entender».
«Tengo mucha confianza en que ella se dé cuenta que no le podemos hacer pagar más costos a los que ya han perdido todo, a ellos solo hay que volver a ponerlos en el escenario de la sociedad», dijo el mandatario.
Consideró que Argentina «se va a recuperar bien y rápido” y sostuvo que «ya demostramos cómo salimos del laberinto de la deuda, y ahora vamos a demostrar cómo salimos del laberinto de la economía postrada que nos dejaron».
«Vamos a salir. Lo hicimos una vez y lo vamos a hacer dos veces», remarcó.
Tras las marchas, más contagios
Alberto Fernández advirtió que la situación por el coronavirus en el país «sigue siendo crítica», admitió que «hubiera preferido esperar un poco más» para abrir los bares en la ciudad de Buenos Aires que podrán atender en mesas al aire libre y sostuvo que «cada vez que hubo una marcha, 15 días después crecieron los contagios».
El mandatario sostuvo que «le han hecho creer a la gente que el riesgo al aire libre no existe y no es así; el riesgo, es menor, pero existe» y reveló que le pidió al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta «ser muy estrictos en los protocolos» de los bares y restaurantes que podrán atender en mesas al aire libre, a partir del próximo lunes.
«Yo hubiera preferido esperar un poco más. El jefe de Gobierno porteño me planteó una presión muy grande de parte de los comerciantes. Pero no quiero cargar la responsabilidad sobre él porque es una decisión que tomamos en conjunto», dijo el presidente.
Además, contó detalles de la reunión que mantuvieron ayer en la residencia de Olivos: «Lo discutimos mucho con Rodríguez Larreta y entiendo que para la ciudad la gastronomía es una actividad muy importante. La idea inicial era abrir 8 mil bares y restaurantes para que pudieran atender en veredas, pero yo le pedí que habilite solo los que ya están habilitados para esa actividad, que son unos 2.000, pero que seamos muy estrictos en los protocolos», según explicó.
Tras advertir que la situación por la pandemia de coronavirus en el país es aún «crítica», el jefe de Estado sostuvo que «cada vez que hubo una marcha, 15 días después crecieron los contagios».
En ese sentido, consideró que «en una pandemia no se critica con manifestaciones», dijo preferir que las personas «salgan a los balcones y toquen la cacerola» y afirmó que no le «parece feliz que un expresidente celebre la salida a la calle de la gente en plena pandemia» en referencia a Mauricio Macri.
«Tenemos que hacer un enorme esfuerzo de concientización para todos los argentinos. El problema no terminó, está en la puerta de cada una de nuestras casas, debemos preservarnos, y en lo posible no salgamos a la calle», concluyó el mandatario. (Télam)