Desde la Mona Lisa a La última cena, pasando por paisajes y retratos hiperrealistas que encuentran en las superficies de coches polvorientos un lienzo en blanco. Así es el fenómeno internacional “dirty car art”, en el que los coches en tonalidades oscuras y el polvo se convierten en el tándem perfecto para lucir efímeras obras de arte.
Si hace unos años lo máximo que se podía encontrar el dueño de un coche sucio era el vergonzante mensaje de “lavame, sucio” escrito con los dedos, las hileras de coches aparcados en la calle y recubiertos de polvo pueden convertirse ahora en auténticas obras de arte.
Así lo demuestra esta tendencia global que ya cuenta con expertos en este tipo de dibujo y con una etiqueta propia en redes sociales bajo la que se pueden encontrar todo tipo de dibujos, sobre superficies que van desde pequeñas lunas de automóviles a camiones en colores oscuros. Este nuevo fenómeno dentro del arte urbano, realizado con los dedos y pequeños bastoncillos sobre el polvo que se acumula sobre los coches como único material, ya cuenta con algunos aplaudidos exponentes, como el ruso Nikita Golubev, que bajo el pseudónimo ProBoyNick acumula en Instagram más de cien mil seguidores, convirtiéndose en uno de los principales representantes de esta corriente.
En su perfil de Instagram, Golubev comparte algunas de sus diferentes creaciones, desde retratos a mensajes o todo tipo de animales, siempre realizados de forma improvisada y poniendo en valor el carácter efímero de estas obras, destinadas a desaparecer de forma natural al lavar el vehículo o con la lluvia, como él mismo resalta en los pies de fotografía de algunas de las imágenes que publica.
“Hice este dibujo hace un mes, y el propietario del camión se preocupa por esta pieza, es muy dulce. Esto significa que ya no es “dirty car art”. Lo aprecio, pero necesitamos aprender a dejar ir las cosas”, apostilla el ruso junto a una de sus imágenes en Instagram, que muestra la parte trasera de un camión.
Una forma emergente de hacer arte que comienza a sonar con fuerza, pero que el ruso lleva practicando desde hace más de tres años, en muchas ocasiones, huyendo de los propietarios de los vehículos para poder realizar los dibujos de forma rápida y sin reprimendas.
“El dueño me gritó por la ventana, pero no salió a decirme nada, quizás porque estaba lloviendo”, detalla en el pie de fotografía que acompaña una publicación en Instagram en la que a través de un vídeo muestra uno de sus procesos de creación en la parte trasera de un camión.
Otro de los nombres representativos del “dirty car art” es Scott Wade, quien ha pasado de mostrar sus ilustraciones sobre las lunas de los coches de las calles a realizarlas en directo durante grandes eventos a modo de “performance”, como es el caso de la última edición del Salón del Automóvil, celebrada en Los Ángeles, en la que ilustró diferentes paisajes clásicos de Estados Unidos como el parque nacional Yosemite.
La última cena de Leonardo Da Vinci se comprime en las dimensiones de la luna trasera de un Ford, que es el vehículo del ilustrador Dino Tonic, sobre el que ‘dibuja’ sus diferentes obras de carácter hiperrealista, haciendo del “dirty car art” un nuevo filón del arte urbano que pone de manifiesto que las lunas sucias de los vehículos pueden ser el soporte perfecto para lucir auténticas obras de arte. Fuente: Efe