Por la tercera fecha del Grupo E de la Copa Libertadores, Universidad Católica, dirigido por Ariel Holan, consiguió un importantísimo triunfo ante Gremio por 2-0 en condición de local y se metió en la pelea. El árbitro fue el argentino Darío Herrera, de buena tarea.
El conjunto chileno llegaba con dos derrotas en sus dos presentaciones y no tenía margen de error, mientras que los brasileños lo hicieron con cuatro puntos y un triunfo los hubiera dejado muy bien posicionados para la clasificación.
Las intenciones del Cruzado se vieron reflejadas en la cancha desde el comienzo del encuentro: ser un equipo directo, explotando las subidas de sus laterales, la velocidad de Pinares y la movilidad de Puch, sumado a una presión sobre la defensa de los de Porto Alegre. Aunque esa superioridad en el primer tiempo costó que se reflejara en el marcador. Claro, primero Vanderlei se la sacó a José Pedro Fuenzalida, uno de los más peligrosos en el local, y después Fernando Zampedri se perdió un mano a mano increíble ante la salida del arquero. Pero cuando parecía que el PT finalizaba sin goles, el ex Rosario Central se redimió de su error y sacó provecho de un error ajeno para abrir el partido. Y como si fuera poco, dos minutos más tarde, el ingresado Rodrigues pifió y Pinares estiró la diferencia.
En el segundo tiempo no hubo grandes emociones. La Católica se plantó bien en el campo, dominó la pelota y se defendió lejos de Matías Dituro. Gremio careció de ideas ofensivas y tuvo muchos errores en la zona baja, a tal punto que David Braz se fue expulsado por último recurso.
Con este resultado favorable, la Católica llega a los tres puntos y se ubica en el último puesto, con el mismo puntaje que América de Cali; Gremio está segundo, a tres unidades de Inter, el líder del Grupo E. Foto TyC