El STC 2000 vivió una fuerte batalla al límite entre Canapino y Rossi que duró hasta la bandera a cuadros y el de Chevrolet se llevó la victoria.
En la largada, Canapino picó en punta, por delante del poleman Matias Rossi, que igualmente no le dio respiro en los primeros giros e incluso le apoyó la trompa del Toyota en la cola del Chevrolet del arrecifeño en varias oportunidades como empujándolo, en una muestra del buen ritmo que mostraban ambos vehículos.
Julián Santero (Toyota), el mejor en Tanques Llenos, logró superar a Facundo Ardusso (Renault) en la tercera posición y se colocó detrás de su compañero de equipo. Otro Toyota, aunque no de los oficiales, saltó del décimo al quinto puesto con Caito Risatti al volante, en un muy buen inicio para el piloto de Laboulaye.
Nicolás Moscardini (Honda) venía cumpliendo un buen fin de semana en su debut en la categoría como piloto titular, pero un problema con el acelerador de su auto lo obligó a desertar prematuramente en la final. Otro que tuvo inconvenientes antes de llegar a las primeras diez vueltas fue Franco Girolami, quien se detuvo en boxes para reparar su Fiat y perdió muchas posiciones.
Llegando al ecuador de la competencia, Leonel Pernía (Renault Fluence) dio cuenta de Risatti para ser el nuevo quinto, detrás de su compañero de Las Parejas, aunque posteriormente se cambiarían nuevamente las posiciones. Una batalla de experimentados se daba por el décimo lugar entre Rubens Barrichello, que iba escalando posiciones con el Toyota, y Juan Manuel Silva (Honda), hasta que el Matías Muñoz Marchessi se metió en la discusión y se produjo un roce con el brasileño, que no tuvo mayores consecuencias.
A diez giros para el final, la pareja de punta formada por Canapino y Rossi transitaban a la par en el ingreso a la recta principal muy alejados del resto, en una foto sólo para dos. El de Chevrolet supo mantener el dominio sobre el de Del Viso, aunque el Toyota parecía tener un poco más. Una caída en el rendimiento de Pernía comenzaba a generar preocupación en el Renault Sport. El tandilense retomó el ritmo y se mantuvo dentro de los diez primeros hasta la vuelta 29, en lo que fue abandono para el campeón.
Las extremas maniobras defensivas realizadas por parte de Canapino, evidenciadas en el humo que se desprendía de sus neumáticos en cada frenaje, daban muestra de lo difícil que se le hacía contener los ataques de Rossi, que no dejó de acechar en ningún momento al puntero. Las cosas eran favorables para el auto azul cuando traccionaba, pero sufría en cada frenada, aprovechada por el de Toyota para intentar la superación.
En la última vuelta, Rossi hizo su último intento en Ascari y llegó a posicionarse por delante de Canapino con un roce incluido cuando comenzaban transitar la recta principal, pero la tracción del Cruze le permitió al auto número 86 retomar la punta en los últimos metros para cruzar victorioso la bandera a cuadros, cerrando una gran carrera que tuvo a dos de los pilotos más laureados y talentosos del automovilismo nacional dando una demostración de manejo que hizo vibrar al público, que lamentablemente esta vez debió vivirlo a través de la radio y la televisión.