El dibujante y humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado, conocido como «Quino«, creador de la emblemática tira Mafalda, murió hoy a los 88 años, según anunció en Twitter su editor Daniel Divinsky.
«Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará», informó el editor Daniel Divinsky, quien estuvo al frente de Ediciones La Flor.
Mafalda, creada en 1964, iluminó las primeras reflexiones sobre la sociedad y la política, y de esa manera llegó al corazón de millones de hispanohablantes trascendiendo generaciones, países y culturas.
El humor de Quino era típicamente ácido e incluso cínico y ahondaba en la miseria y el absurdo de la condición humana, lo que lo llevaba a abordar temas como la burocracia, los errores de la autoridad, las instituciones inútiles a través del absurdo.
De un carácter trágico y un humor negro propio de Andalucía, de donde procedían sus padres, Quino había nacido en Mendoza, el 17 de julio de 1932, cuando sus padres llegaron al país.
De chico ya sabía que quería ser dibujante. En 1945, al morir su madre, inició estudios de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza, pero cuatro años después abandonó al decantarse por el mundo gráfico y la historieta con el nombre de Quino, como le llamaban de pequeño para distinguirlo de su tío, el ilustrador Joaquín, quien despertó su vocación de dibujante.
En 1954, luego de hacer el servicio militar obligatorio, se fue a Buenos Aires a convertir su sueño de ser dibujante. Ese mismo año pudo publicar su primera página de humor gráfico en el semanario «Esto es». A partir de 1957 publicó regularmente en medios como «Rico Tipo», «Dr. Merengue» o «Tía Vicenta» y también en ilustraciones de campañas publicitarias.
La historia de Mafalda, su tira más famosa y la que lo convirtió en un artista mundial, empieza con una campaña de publicidad encubierta para la empresa de electrodomésticos Mansfield. Quino creó al personaje de Mafalda, pero la campaña finalmente no se hizo, Mafalda apareció por primera vez en «Gregorio», el suplemento de humor de la revista «Leoplán» el 29 de septiembre de 1964, y comenzó a publicarse todas las semanas en «Primera Plana», de Buenos Aires.
La historieta pasó a ser uno de los mayores íconos de la cultura popular, nació de un encargo para una compañía de electrodomésticos, y posteriormente fue creciendo como la niña rebelde y cuestionadora que reflejaba el mundo de los años 60: las inquietudes sociales y políticas de la clase media argentina, y los temas de impacto social como la injusticia, la guerra, el racismo.
Junto a Mafalda aparecieron sus amigos, el materialista Manolito, el soñador Felipe, la chismosa Susanita, el inocente Miguelito, el tierno Guille y la izquierdista Libertad, ayudaron al componer un mosaico social que trascendió fronteras, pues las tiras fueron traducidas a 30 idiomas y llevadas al cine y la televisión.
Con el éxito que fue alcanzando Mafalda en marzo de 1965 comenzó a aparecer en el diario El Mundo hasta diciembre de 1967, después continuó en el semanario Siete días.
No se trataba ni se trata de una mera pasión popular. Cuando el filósofo italiano Umberto Eco leyó Mafalda quedó tan fascinado que se encargó especialmente del álbum que se editó en Italia en 1969 titulado Mafalda la contestataria. En el prólogo escribe que “no se trata solamente de un personaje de historieta más; es, sin duda, el personaje de los años setenta».
«Si para definirla se utilizó el adjetivo ‘contestataria’, no es sólo para alinearla en la moda del anticonformismo. Mafalda es una verdadera heroína ‘rebelde’, que rechaza el mundo tal cual es”, agregó Eco en ese texto. Fue y es un personaje que revela el ADN progresista de cierta clase media argentina pero también que explica muy bien el contradictorio funcionamiento del mundo.
En 1970 llegó a España, y en 1972 Quino publicó su segundo libro de humor gráfico titulado «A mí no me grite» y en 1973, el tercero: «Yo que usted».
Ese mismo año, dejó de dibujar Mafalda, si bien recuperó el personaje en varias ocasiones por causas benéficas.
Galardonado en 2014 con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, a lo largo de su trayectoria recibió infinidad de distinciones como la Encomienda de Isabel la Católica de España y la Medalla de la Orden de la Artes y las Letras de Francia y la insignia de oficial de la Legión de Honor francesa.
En 2012 la tira Mafalda llegó en formato eBook a la Tienda Kindle de Estados Unidos en español, y en diciembre de 2012 hace su llegada oficial a las redes sociales, con las cuentas en Twitter, Facebook y Pinterest.
Las últimas lenguas en las que se publicó la historieta fueron el braille y el guaraní.
Tras su muerte, artistas, intelectuales, celebridades y lectores de todo el mundo se hicieron eco de la triste noticia. Todos destacan lo mismo: cuánto habían sido influenciados por su agudo arte humorístico. Como una ironía del destino, Quino murió al día siguiente de que Mafalda, su más famosa y aclamada publicación, cumpliera 56 años.
Mafalda: las ocurrencias y frases que quedan en la memoria de varias generaciones
Sobre todos los temas que hacen a las grandes injusticias del mundo, con una vigencia sin precedentes para una tira argentina creada hace más de 50 años, Mafalda, la irreverente y contestaria niña que creó Quino y que llegó a miles de hogares con un reconocimiento mundial enorme, deja cientos de frases que quedan grabadas en la memoria de sus lectores, como aquella famosa que dice: «Paren el mundo que me quiero bajar».
Contundentes, irónicas, inconformistas, las ocurrencias de Mafalda a lo largo de sus 56 años de historia, es decir las frases que Quino escribió para su personaje más emblemático, tuvieron un impacto de generación a generación por su vigencia con los años y porque lograron salir de la tira para convertirse en máximas con gran humor y sentido social, plasmadas en imanes, tazas, remeras.
«Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante», «¿Y si en vez de planear tanto voláramos más alto?»; «No es que no haya bondad, lo que pasa es que está de incógnito», son algunos de los juegos de palabras con los que Quino desplegaba el humor para hacer de su tira una crítica social y una denuncia contra la desigualdad, la crueldad y la injusticia mundial.
Es que Mafalda era irreverente, una militante liberal que quedaba absorta ante la injusticia, la hipocresía y la discriminación. Cuando en 2014 se celebraron los 50 años de la famosa tira y los medios le preguntaban a su creador cuál sería la principal preocupación de Mafalda en ese año, Quino -simple pero tenaz- respondió: «La estupidez humana, seguro».
Mafalda también podía ver a su mamá fregando y preguntarle «Mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras?» y de tanto mirar a su alrededor también era capaz de asegurar que «Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre». De hecho, frases como esas convirtieron al personaje en un icono para representar la lucha de las mujeres desde las infancias.
Incluso cuando en Argentina se debatía la interrupción voluntaria del embarazo circulaba en las redes una imagen de Mafalda con el pañuelo celeste, que representa a los sectores que están en contra del aborto legal, seguro y gratuito. A propósito de aquella versión, Quino circuló un mensaje: «Se han difundido imágenes de Mafalda con el pañuelo azul que simboliza la oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. No la he autorizado, no refleja mi posición y solicito sea removida. Siempre he acompañado las causas de derechos humanos en general, y la de los derechos humanos de las mujeres en particular, a quienes les deseo suerte en sus reivindicaciones».
Mafalda podría gritar apenas se despertaba «¿Buen día ¿se han abolido ya las injusticias terrestres?» o con una ironía disfrazada de ingenuidad deslizar «¿Se han acabado el hambre y la pobreza en el mundo?». Acaso la potencia de sus frases radiquen en la formulación de la pregunta como enunciación de sentido y en la observación de su alrededor, esa forma de mirar que también puede reducirse a otra oración que ha quedado estampada en diversos objetos: «¿Pescás el fondo social del asunto?».