Está en el medio. Hace una semana River presentó ante las autoridades pertinentes su propuesta para jugar en su centro de entrenamientos de Ezeiza sus partidos de Copa de la Liga Profesional de Fútbol producto de que el estadio Monumental se encuentra en plena remodelación. Y cuando restan exactamente ocho días para el inicio del torneo, aunque la postura extraoficial de la LPF es rechazar el petitorio del club, sin una ratificación formal de esa negativa desde Núñez insisten con mudarse al Camp, aun cuando al mismo tiempo contemplan a Independiente como plan alternativo –y, por supuesto, más oneroso. Según pudo averiguar Olé, la decisión ahora está en manos de la Comisión de Estadios de AFA/Liga.
«No tengo ninguna información oficial de parte de nuestros directivos ni tampoco ninguna negativa al respecto. No hubo nada oficial», había expresado el lunes Marcelo Gallardo, manteniendo latente la posibilidad de jugar en el River Camp siguiendo el ejemplo del Real Madrid, quien disputa sus encuentros en Valdebebas puesto que el Bernabéu está en refacciones. Incluso el club solicitó el permiso para pedir una inspección de AFA en pos de iniciar posteriormente las obras necesarias para albergar los encuentros del torneo en una cancha que no cumple actualmente los requisitos estatutarios.
En ese contexto hasta llegó a difundirse desde River un render de cómo quedaría el Camp luego del pertinente acondicionamiento: generar espacios para la publicidad LED y colocar lonas alrededor de la cancha, además de la construcción de cabinas para la transmisión oficial -previstas a seis metros de altura del lado opuesto al banco de los suplentes- y de mangrullos para las cámaras. Asimismo, desde el club aseguran que la cancha que se utilizaría para los partidos oficiales cuenta con la luminaria reglamentaria, lo que le posibilitaría a la Liga programar los encuentros del equipo de Gallardo en horario nocturno.
Sin embargo, incluso cuando desde Puerto Madero le vuelcan la responsabilidad a la Comisión de Estadios, existe una postura negativa planteada en la intimidad y que se argumenta en el deseo de mantener los cánones televisivos que Conmebol reglamentó para sus encuentros internacionales. Si ese criterio se sostiene en el tiempo, a pesar de que continúan las charlas entre Rodolfo D’Onofrio y Marcelo Tinelli, el no terminaría imponiéndose. Y es ahí donde aparece la alternativa de Independiente.
A pesar de que Alejandro Nadur expuso públicamente que el Tomás Ducó estaba disponible si River lo necesitaba, si se oficializa el rechazo al Camp la opción más viable para el club es seguir haciendo como local en Avellaneda, actual sede de sus encuentros por Copa Libertadores. Aunque esto implicará un gasto adicional para la dirigencia: el alquiler pactado con Hugo Moyano es de u$s 60.000 por partido que se descuentan de la deuda por el pase de Alexander Barboza.
Si se toman como referencia esos costos jugar la Copa de la LPF en Independiente implicaría un costo base de 180 mil dólares sólo por la primera fase, dependiendo de la ubicación en la tabla cuántos partidos disputará como local en la siguiente instancia (pueden ser dos o tres, lo que generaría un gasto de entre u$s 120 mil y u$s 180 mil).
Ahora bien, las autoridades de AFA y LPF no pueden demorar demasiado su decisión dado que está previsto que entre viernes y sábado se conozca el cronograma de encuentros del nuevo torneo. Para ese momento deberá haber oficialización de una postura puesto que deberá contemplarse que Racing (recibe a Atlético Tucumán) y River (local ante Banfield) no jueguen el mismo día en Avellaneda por cuestiones de seguridad.