Soledad y Azul, el fenómeno del folclore que conmueve en las redes sociales

Soledad tiene 15 años. Se destaca por su voz. Denota cierta timidez pero cuando canta derrama toda su actitud con un timbre perfecto, expresivo. Emociona y se emociona cuando canta.

Azul tiene 10 añitos. Le dicen “Terremoto”. Derrama vitalidad, canta y toca muy bien la guitarra y es el complemento perfecto para Soledad.

Se trata de las hermanas Soledad y Azul Jacquemain. Viven en Villa Elisa, provincia de Entre Ríos pero a raíz de las redes sociales, principalmente Facebook,  su manera de hacer música ha trascendido las fronteras.

Su capital está en la cantidad de seguidores en su Fan Page de Facebook, que hoy cumple solo once meses, y ya tiene más de 28 mil, y crecen exponencialmente.

Papá Diego, mamá Maricel y el pequeño Martín, completan el núcleo familiar.

 Sus sueños pasan por cantar en algún festival en el Norte, algo muy posible, pero que la pandemia truncó. Por ahora.

Sole y Azul. Los escenarios las esperan.

Cantan folclore. Del tradicional. Puro. Eligen para sus videos escenarios naturales y hasta su propia casa. No utilizan artificios. Muestran su día a día, su familia, sus recorridos.

Pero además de transitar al repertorio tradicional, se animan a componer. Le cantan a su familia, a ellas mismas (“Las cardenales de Villa Elisa”) y la naturaleza emerge siempre (su último estreno es una hermosa estampa del Río Uruguay). Ezequiel Fretes se llama el profesor que las guía. Además, le enseña guitarra a Azul, que también aprende acordeón con Martín Zermathen. No es cuestión de improvisar.

Y para mostrar lo que son capaces de hacer con la música, recurren a un minimalismo conmovedor, de entre casa, que potencia su humildad y proyecta su talento.

Son chicas como todas. Estudian, les gusta cocinar, mostrar su familia en redes sociales, aman los animales (Azul muestra con orgullo un caballito que le regalaron) pero tienen en claro a donde apuntan sus sueños. A trascender en la música. La humildad que ostentan no las deja decirlo explícitamente. Pero seguramente, los escenarios será su destino.

Aun así, tanto éxito en las redes sociales –principalmente Facebook- ha hecho que algunos inescrupulosos intenten engañarlas con promesas de contactos y de futuros festivales. Afortunadamente, lo advirtieron.

Y ahí emerge la figura de Maricel, su madre. Firme, con espíritu avizor, para cuidar a las niñas y entender que el camino puede ser sinuoso pero que tiene que ir sobre bases firmes.

¿Se puede inferir que representan un fenómeno en las redes? Decididamente sí. Todos sus posteos, desde canciones hasta postales familiares, generan mucha interacción. Reciben saludos desde todos los puntos del país. Desde Caleta Olivia (Santa Cruz) hasta alguna localidad de Jujuy. Y también de otros puntos del planeta.

Repertorio

Tal como lo hizo Soledad Pastorutti en sus comienzos, Sole y Azul Jacquemain transitan con comodidad por el repertorio más tradicional del folclore argentino. Salteñita de los Valles, Trasnochados Espineles, Zamba de Amor en Vuelo, Misionera, Posadeña Linda, Kilómetro 11 y Por las costas entrerrianas son sólo algunos ejemplos, además de sus propias composiciones.

Aun así, van definiendo un estilo propio. Soledad canta, Azul también aporta su voz y su guitarra, y es una suerte de “líder conductora”. Su espíritu avasallador lo permite. Y como señala al principio la nota, es el complemento perfecto para el carácter melódico y dulce de Soledad.

Impone una reflexión final. Mientras surjan voces y jóvenes comprometidas con las tradiciones argentinas como Soledad y Azul Jacquemain, el folclore mantendrá viva su esencia.

A disfrutarlas y apoyarlas. Tienen mucho para dar. Y están dispuestas a darlo todo. De hecho, ya lo hacen.

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