El gobierno de Bolivia pidió hoy al Ministerio Público que revise el caso del reportero gráfico argentino Facundo Molares Schoenfeld bajo el argumento de que recibió tratos crueles y degradantes durante las protestas de 2019.
“He leído la acusación de la Fiscalía de 43 páginas, y le pido al fiscal general que revise la acusación; no encuentro ni un solo elemento o prueba para acusar penalmente a este ciudadano”, dijo el ministro de Justicia, Iván Lima, en conferencia de prensa.
El funcionario señaló que no se referiría a casos concreto por respeto a la independencia de la justicia, pero aclaró que mencionó la situación de Molares por “la evidente vulneración de derechos humanos y ante la preocupación del gobierno argentino” por el asunto, según la agencia de noticias ABI.
Lima subrayó que Molares “tiene un fallo renal, tiene Covid-19, lamentablemente, y no teníamos ninguna condición en la cárcel de Chonchocoro para atenderlo; se lo ha llevado al hospital, se lo ha enmanillado (esposado) a la camilla donde estaba y eso se entiende, en derecho humanitario, como un trato inhumano, degradante”.
Ante ello, la Cancillería argentina indicó hoy que reconocía «la preocupación del ministro de Justicia boliviano por el ciudadano argentino Facundo Molares, arrestado en 2019 por las fuerzas golpistas».
En Twitter, la Cancillería destacó que Lima «hoy declaró que no hay elementos para acusarlo y que deben cesar los tratos inhumanos y degradantes».
Molares fue detenido por la Policía el 11 de noviembre de 2019, en medio de protestas de Montero, en Santa Cruz. Fue apresado estando herido.
El 1 de octubre, la cancillería argentina presentó un pedido oficial a Bolivia para que liberara a Molares “de manera urgente” y denunció que el joven sufría una “situación de denegación de justicia” por parte del entonces gobierno de facto.
Horas antes de la declaración de Lima, Hugo Molares, el padre de Facundo, dijo a la agencia oficial Télam que la libertad de su hijo dependía de «la misma justicia que apañó las brutalidades del gobierno de facto» y reclamó «una intervención política fuerte» de las nuevas autoridades bolivianas.
Anteayer, el fotoreportero de 44 años debió ser trasladado de urgencia desde la cárcel de alta seguridad de Chonchocoro hasta al hospital de Clínicas Miraflores de La Paz, tras los sucesivos reclamos de la familia y su abogado, debido a su delicado estado de salud.
«Fue por una insuficiencia renal aguda, le encontraron líquido en los pulmones, lo revisaron y, al hacerle el test de Covid-19 para la internación, dio positivo», señaló Hugo Molares en diálogo telefónico con la agencia Télam.
«Quedó internado y no sabemos qué va a pasar; esperamos que resista; esta lucha no puede terminar mal, Facundo tiene que salir libre, sano y regresar a la Argentina», dijo.
Molares había viajado el año pasado a Santa Cruz de la Sierra, procedente de Colombia, a cubrir las elecciones bolivianas para la revista digital Centenario, pero el 11 de octubre de 2019 fue internado de urgencia por una insuficiencia renal en un hospital de la ciudad.
Fue internado como NN hasta que su padre viajó al día siguiente y lo identificó, y con esa identificación comenzó el calvario.
La policía boliviana «googleó» su nombre -explicó Molares padre- y, al ver que había tenido actividad política anterior (se le atribuye pertenencia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC), ordenó su detención.
Se trata de una «detención irregular, sin existencia de imputación penal específica, lo que constituye una violación al art. 8.2.b del Pacto de San José de Costa Rica», enfatizó Molares, que es juez de paz en Trevelin, Chubut.
Morales Schoenfeld fue imputado 16 días después de su detención. «Antes de esa fecha nadie lo había mencionado ni denunciado», agregó, y recordó que los hechos se produjeron en medio de una atmósfera política muy tensa, producto de la crisis política poseleccionaria en el país andino.
Se trata, explica, de «una causa colectiva en la que, además de él fueron involucradas varias personas pertenecientes al gobierno del MAS» (Movimiento al Socialismo), del expresidente Evo Morales, contra quien se había perpetrado la rebelión militar que lo obligó a renunciar, en medio de denuncias de fraude en los comicios realizados pocos días antes, el 20 de octubre de 2019.
En este sentido, el padre del fotoperiodista remarcó que la pelea judicial en Bolivia es «muy complicada».
El martes de esta semana se suspendió, por séptima vez consecutiva, una audiencia de excarcelación invocando detalles técnicos como «un error de notificación», subrayó.
Molares afirma que su hijo está preso «sin una descripción de un hecho puntual y detallado del que se pueda defender».
«La burocracia judicial boliviana es tremenda; tras esa suspensión de la audiencia ahora ésta se fijó para el 26 de noviembre, es decir 10 días más de cárcel para Facundo», agrega.
Fuentes de la Fiscalía Boliviana confirmaron a Télam que la audiencia de ayer se postergó «porque no se notificó a todas las partes». En tanto, la nueva audiencia está fijada para el 3 de diciembre, dijeron.
La victoria del MAS en las elecciones y la asunción de Luis Arce como presidente constitucional, en reemplazo de la gobernante de facto Jeanine Áñez, trajeron nuevas esperanzas a los Molares.
Fuente de la Cancillería argentina señalaron que el cambio de gobierno genera «otra disposición» y que el encargado argentino de negocios en el país andino, Diego Alonso Garcés, está en contacto permanente con el Ministerio de Justicia de Bolivia.
Sin embargo, Molares se mostró cauto al señalar: «Yo tengo una sensación basada en el sentido práctico; supe que esto se trató en los más altos niveles, incluidos los presidentes Alberto Fernández y Luis Arce durante un encuentro del que participó la Cancillería».
Antes de la internación de su hijo, Molares había descrito el tortuoso periplo de su hijo entre la cárcel y el hospital, así como la persistente negativa de las autoridades carcelarias a proporcionar los cuidados médicos mínimos.
El abogado de Morales Schoenfeld, Marco Antonio Justiniano, y la familia habían solicitado varias veces que Facundo quedara internado, pero la petición fue desoída por las autoridades.
A principios de esta semana debieron llevarlo nuevamente al hospital, «donde tampoco lo vio ningún médico» alega.
En mayo, Hugo envió una carta al presidente Alberto Fernández en la que le solicitó que iniciara alguna gestión para repatriar a su hijo.
Facundo nació en San Miguel, provincia de Buenos Aires, y su compromiso y activa militancia social lo llevó a recorrer varios países de Latinoamérica, Ecuador, Cuba, Paraguay, Brasil, Perú, Chile, Colombia y Bolivia. (Télam)