Ucrania admitió este lunes que las tropas rusas expulsaron a su Ejército del centro de Severodonetsk, ciudad clave para controlar el este del país, mientras que España anunció el arribo del primer buque de cereales ucranianos a través de una nueva ruta marítima abierta por el Báltico en medio del temor de que el conflicto agrave la crisis alimentaria mundial.
«Las zonas residenciales de Severodonetsk fueron liberadas por completo», declaró el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, en una alocución difundida por televisión en la que agregó que «la toma de control de la zona industrial y de las localidades vecinas continúa».
«Las ciudades de Liman y Sviatogorsk, así como otras 15 localidades, fueron liberadas», agregó.
Rusia controla ahora 97% de la región ucraniana de Lugansk, a la cual pertenece Severodonetsk, agregó Shoigu, citado por la agencia de noticias AFP.
Rusia controla Seberodonetsk
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El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lamentó el costo humano de la batalla que describió como «simplemente aterrador», en un discurso difundido por Telegram, luego de que anoche manifestara que los combates eran «muy feroces» y que Rusia desplegaba tropas poco entrenadas y utilizaba a sus jóvenes como «carne de cañón».
La conquista de Severodonetsk fue confirmada por Serguei Gaidai, gobernador ucraniano de Lugansk, que junto con la provincia de Donetsk conforman el Donbass, la región del este que desde 2014 controlan parcialmente los separatistas prorrusos.
«Los combates en las calles siguen, los rusos continúan destruyendo la ciudad», agregó en una publicación en Facebook, junto a imágenes de edificios en ruinas y en llamas.
Según Gaidai, la planta química Azot, donde se refugian cerca de 500 civiles, 40 de ellos niños, fue objeto de bombardeos e instalaciones de depuración fueron alcanzadas por los proyectiles.
En tanto, las milicias locales rusoparlantes que combaten en Lugansk afirmaron que las últimas divisiones ucranianas en Severodonetsk estaban «bloqueadas», tras la destrucción del último puente que permitía acceder a la ciudad vecina de Lisichansk.
«Tienen dos posibilidades: rendirse o morir», declaró Eduard Basurin, vocero de los rusoparlantes, aunque Gaidai desmintió el bloqueo.
En Lisichansk, en las últimas 24 horas, tres civiles, entre ellos un niño de seis años, fallecieron por bombardeos, agregó el gobernador.
Para las tropas rusas, conquistar Severodonetsk allana el camino para controlar otra gran ciudad del Donbass, Kramatorsk, una etapa importante para tener bajo control toda la región fronteriza con Rusia.
En paralelo, en la provincia de Donetsk murieron al menos tres personas y cuatro resultaron heridas tras un bombardeo de Kiev sobre un mercado, según las autoridades locales.
Los bombardeos también tienen lugar en otras partes de Ucrania. En el norte, tres misiles rusos golpearon la localidad de Pryluky y cuatro pueblos recibieron la orden de evacuar por una amenaza de incendio provocada por los bombardeos, anunciaron las autoridades.
Más al oeste, cerca de Bucha, la policía de Kiev informó el hallazgo de siete cuerpos en una nueva fosa a proximidad del pueblo de Myrotske.
«Siete civiles fueron torturados por los rusos y cobardemente ejecutados de un balazo en la cabeza», precisó el jefe de la policía de Kiev, Andrei Nebytov, en Facebook. «Varias víctimas tenían las manos y las rodillas atadas», detalló.
Por su parte, Amnistía Internacional acusó a Rusia de crímenes de guerra y afirmó que usó bombas de racimo, prohibidas por tratados internacionales, durante los ataques, especialmente en Jarkov, la segunda ciudad del país.
La diplomacia sigue siendo la apuesta y, con ese objetivo, el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; y el primer ministro italiano, Mario Draghi; se reunirán el próximo jueves en Kiev, informó el periódico alemán Bild am Sonntag.
El diario italiano La Stampa da por sentado que los líderes hablarán con Zelenski sobre el desminado de los puertos del mar Negro, a fin de desbloquear las exportaciones de cereales ucranianos, una iniciativa también apoyada por la ONU y Turquía.
Frente esta situación y tras el anuncio del domingo del viceministro de Exteriores ucraniano, Dmitri Senik, sobre dos rutas establecidas para la exportación de granos a través de Polonia y Rumania, arribó este lunes a España un carguero con 18.000 toneladas de maíz ucraniano.
Según la Asociación Gallega de Fabricantes de Alimentos Compuestos, el cargamento fue transportado primero en camiones a Rumanía y Polonia, antes de ser embarcado en el puerto polaco de Swinoujscie, en el mar Báltico, para hacer escala en Brunsbuttel, en el norte de Alemania, y luego dirigirse a España.
Ucrania y sus aliados acusan a Rusia de bloquear los suministros de alimentos desde los puertos ucranianos, pero Moscú afirma que las exportaciones marítimas de alimentos están paralizadas porque las fuerzas de Kiev minaron los puertos del país.
Además, el Ministerio de Agricultura ucraniano informó que el país perdió un 25% de sus tierras cultivables, pero aseguró que «la estructura de los cultivos sembrados este año es más que suficiente para garantizar el consumo» de la población ucraniana.
Rusia, por su parte, a través del director del Primer Departamento de la Cancillería para Europa, Alexei Paramonov, saludó la mediación del Vaticano para la paz en Ucrania, aunque aclaró que no se fía de la palabra de Kiev.
El diplomático manifestó que «todas las iniciativas de la Santa Sede y el papa Francisco para la paz en Europa inspiran un gran respeto y puede que tengan demanda bajo ciertas circunstancias», pero al mismo tiempo evaluó que en Ucrania se trataba «con personas que no saben de autoridad».