El G7 abre la cumbre sobre Ucrania en busca de unidad frente a Rusia

El Grupo de los Siete países (G7) más industrializados comenzó este domingo una cumbre en Alemania consagrada a Ucrania, bajo la inflexible premisa de Estados Unidos de que es necesario que Kiev siga dando pelea y que los países europeos mantengan sus represalias contra Rusia pese al descalabro mundial causado por cuatro meses de guerra.

Reunidos en el hotel Schloss Elmau, un castillo de los Alpes bávaros construido en 1916, el presidente estadounidense, Joe Biden y los demás líderes dijeron que abordarán las crisis inflacionaria y alimentaria internacional causada por el conflicto, aunque el encuentro abrió con anuncios de más sanciones contra Rusia y promesas de seguir suministrando armas a Ucrania.

En el primer día de cumbre, Biden elogió la unidad mantenida entre las potencias frente a Rusia y dijo que el G7 «trabajará» en los problemas que acompañan a la guerra, y el jefe de Gobierno alemán, Olaf Scholz, le respondió que Rusia «nunca» esperó que se mantuvieran tan juntos.

Sin embargo, en otro salón del castillo, el primer ministro británico, Boris Johnson, se reunió a puertas cerradas con el presidente francés, Emmanuel Macron, quien favorece negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, y le advirtió que no era momento de buscar una solución negociada a la guerra, informó un vocero del Gobierno británico.

«Tenemos que asegurarnos de que permaneceremos juntos. Vamos a seguir trabajando en los desafíos económicos que enfrentamos y creo que vamos a superar todo esto», dijo Biden en una reunión con Scholz previa al arranque de la cumbre en el castillo de la sureña región alemana de Baviera.

Scholz respondió que el «buen mensaje» era que «todos logramos estar unidos», y que eso era algo que el presidente ruso, Vladimir Putin, «nunca esperó».

«Debemos permanecer unidos porque Putin ha estado contando, desde el principio, con que la OTAN y el G7, de alguna manera, se iban a dividir, pero no lo hemos hecho y no lo vamos a hacer», dijo Biden.

Rusia ha dicho que seguir entregando armas a Ucrania y adoptando sanciones económicas en su contra no cambiarán el curso del conflicto y solo agravarán la crisis mundial. El Kremlin ha llamado a Ucrania a «aceptar la realidad» de que está perdiendo la guerra y a negociar.

Sin embargo, Johnson y Macron estuvieron de acuerdo, en su bilateral, que «era posible cambiar el rumbo de la guerra» y acordaron también «reforzar» el apoyo militar a Kiev, según el vocero del premier británico. Francia no hizo comentarios.

Mientras la guerra devasta Ucrania y el precio de la comida y la energía vacía los bolsillos de millones de personas en todo el mundo, los líderes del G7 se permitieron un momento de diversión, burlándose de fotos del presidente ruso, Vladimir Putin, donde aparece con el pecho descubierto y bromeando sobre si debían o no sacarse una foto similar.

Cuatro países, entre ellos Estados Unidos, anunciarán una prohibición de importación de oro de Rusia, en otra vuelta de tuerca a la gran campaña de sanciones para tratar de aislar económicamente a Rusia por haber invadido a Ucrania a fines de febrero, al término de la reunión

Los gobernantes de Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá también cerraron filas tras una nueva iniciativa estadounidense de asociación global que busca ser alternativa a las inversiones de China y Rusia en el mundo en desarrollo, incluyendo a América Latina.

Biden anunció que el G7 quería invertir 600.000 millones de dólares en ese programa.

La respuesta de Rusia

Horas antes del encuentro, Rusia lanzó misiles contra a capital de Ucrania que alcanzaron dos edificios residenciales y dejaron un muerto y seis heridos, entre ellos chica de 7 años fue rescatada de debajo de los escombros, informaron autoridades ucranianas. Fueron los primeros ataques rusos en Kiev desde el 5 de junio.

Rusia calificó de «falsa» la información de que atacó objetivos civiles, y explicó que lo que bombardeó fue una fábrica de misiles ucraniana cercana a la zona residencial, y que los daños en los edificios fueron causados por misiles antiaéreos lanzados por Ucrania para intentar neutralizar sus proyectiles.

«Es más de su barbarie», dijo Biden en Alemania sobre el ataque ruso a Kiev.

Más temprano, el mandatario estadounidense anunció por Twitter que su país y otros del G7 prohibirán las importaciones de oro desde Rusia como parte de su gran campaña de sanciones para tratar de aislar económicamente a Rusia por haber invadido a Ucrania desde el 24 de febrero.

Funcionarios estadounidenses dijeron que la de oro es la segunda mayor exportación de Rusia luego de la de productos energéticos, y que prohibir su importación dificultará la participación rusa en los mercados globales.

Johnson dijo que la medida será adoptada por su país, Japón y Canadá además de Estados Unidos.

«Estas medidas (…) impactarán en el centro de la maquinaria de guerra de Putin», declaró en un comunicado, informó la agencia de noticias AFP

En esta cumbre del G7 participarán también varios mandatarios de países que no forman parte del grupo, quienes fueron invitados especialmente por el anfitrión Scholz, entre ellos el presidente argentino y titular pro-témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) Alberto Fernández.

La lista de mandatarios que recibieron invitaciones para asistir a esta edición del foro se completa con los presidentes de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; Senegal, Macky Sall (quien además ejerce la presidencia de la Unión Africana); Indonesia, Joko Widodo (próximo anfitrión de la cumbre del G20, a realizarse en noviembre en la isla de Bali) y el primer ministro de la India, Narendra Modi.

En sus reuniones, los líderes abordarán otros desafíos, como la amenaza de recesión en sus propios países y las crisis ambientales provocadas por el cambio climático.

Obligados a no utilizar el gas ruso, las potencias industrializadas del G7 están bajo presión para mantener sus compromisos climáticos, en medio del fantasma de un regreso de los combustibles fósiles más contaminantes.

Alemania, anfitrión de la cumbre, encarna de por sí este dilema: la primera economía europea acaba de anunciar un mayor recurso al carbón para compensar la caída de las entregas de gas ruso.

Además, debatirán la crisis alimentaria mundial provocada por el bloqueo de miles de millones de toneladas de granos de Ucrania y Rusia, lo cual ha provocado un fuerte aumento en los precios de la comida en todo el mundo.

La crisis impacta mucho más en países importadores netos de alimentos, que son los más vulnerables, sobre todo africanos.

Entre los asuntos a discutir estaba poner un tope a los precios de la energía, a fin de limitar las ganancias que obtenga Rusia por sus exportaciones de gas y petróleo.

La idea es impulsada por la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.

El encuentro se seguirá de otro de los líderes de los 30 países de la OTAN en Madrid, España, para afinar la estrategia militar en torno a la guerra en Ucrania. (Télam)

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