Argentina, de la angustia a la euforia, venció este sábado a México por 2 a 0 en la segunda fecha del Grupo C y encaminó su clasificación a los octavos de final del Mundial Qatar 2022.
El capitán Lionel Messi y el ingresado mediocampista Enzo Fernández, en una noche consagratoria, marcaron los goles a los 19 y 42 minutos del segundo tiempo del partido en el Estadio Lusail, al que asistieron más de 80 mil espectadores.
Despejados los fantasmas tras el debut con derrota ante Arabia Saudita (1-2), el vigente campeón de América se posicionó en el segundo lugar de la zona con 3 puntos y definirá su pase a la ronda final el miércoles próximo desde las 16:00 ante el líder Polonia (4) de Robert Lewandowski.
En caso de volver a ganar, Argentina quedará con seis unidades y se clasificará a la próxima ronda y su ubicación final en la zona dependerá del resultado del partido entre México y Arabia Saudita.
En caso de ganar la zona evitará en la llave de octavos al campeón mundial Francia, que tiene prácticamente ganado el Grupo D.
La clasificación de la Selección podría darse incluso con un empate si Arabia y México hacen lo propio o si los aztecas ganan por menos de cuatro goles.
La felicidad plena de los argentinos por el desenlace en Lusail estuvo precedida por una profunda angustia antes del primer gol del partido y del ingreso de Fernández, el jugador que rescató a un conjunto «albiceleste» de cara pálida en los 60 minutos iniciales.
En el primer tiempo, al margen del resultado, que lejos estuvo de sufrir alteraciones por la falta de ocasiones para uno y otro, Argentina jugó de forma preocupante, sin la reacción esperada después del mal paso en el debut.
Fue un equipo atado, dominado por la presión del fantasma de la eliminación y con dificultades de progreso en el campo rival por una imprecisión llamativa en la gestión de la pelota.
El síntoma más claro de ello fue que, al igual que ante los sauditas, los futbolistas que más se pasaron el balón fueron los centrales y los laterales, especialmente Gonzalo Montiel, quien terminaba siempre encerrado por el asedio mexicano ejercido en ese sector con Andrés Guardado y el lateral Jesús Gallardo, componente de una línea de cinco.
Martino, conocedor de la Selección Argentina, supo jugar con esa responsabilidad a su favor. Armó un dispositivo táctico para esperar y encimó a un Rodrigo De Paul desconocido.
La pulseada táctica del PT la ganó México, nada más que eso, porque en cuanto a situaciones sólo tuvo un tiro libre de Alexis Vega que «Dibu» Martínez descolgó del ángulo derecho.
¿Messi? Mas parecido al de los viejos tiempos en la Selección, pero no por él, sino por el déficit colectivo. Jugó muchas veces retrasado y con opciones de descarga en un contexto de jugadores desubicados en la cancha.
Di María no encontró espacios para desequilibrar ni por derecha ni por izquierda y, ante la falta de espacios, se redujo a acciones individuales sin trascendencia.
Pasados los 30 minutos, las pelotas detenidas que derivaron de tibios avances sobre el campo mexicano representaban una buena noticia hasta su ejecución sin riesgo para el arco de Guillermo Ochoa.
En el segundo tiempo, Argentina comenzó con las mismas dificultades pero más adelantado en campo, con la intención de ganar confianza a través del pase y la historia cambió a partir del ingreso de Enzo.
Al ex-River no le pesó el partido. Brindó una intensidad distinta en el mediocampo y el equipo se acomodó mejor, también renovado por los ingresos de Julián Álvarez y Nahuel Molina.
Pequeños guiños que dieron paso a la liberación de las tensiones, a los 19 minutos, cuando Messi recibió una pelota a espalda de los mediocampistas, se puso de frente al arco y venció a Ochoa con un tiro esquinado y rasante.
El estallido en Lusail fue total, el equipo se soltó y, sin llegar a jugar bien, mostró otra cara con un Enzo Fernández bien plantado para anticipar, tocar y generar acciones de ataque.
Tras la apertura del marcador, Martino desarmó la línea de 5 defensores con la inclusión de un delantero y Scaloni contestó con la entrada de «Cuti» Romero para ganar solidez en el fondo.
Sobre el final, en una jugada corta de tiro de esquina, Enzo pisó el área, amagó ante un rival y colocó un derechazo al palo lejano de Ochoa para convertirse en uno de los héroes de la noche junto al capitán.
Argentina cumplió con la obligación de ganar y despejó el panorama en Qatar 2022 mientras espera que la Scaloneta recupere el pulso en su totalidad. (Télam)