De cara a una nueva edición del Cosquín Rock, que se celebrará el 18 y 19 de febrero en el Aeródromo Santa María de Punilla, en Córdoba, José Palazzo, su creador y máximo responsable, ratificó que el tradicional encuentro musical «siempre mantendrá su esencia rockera», a pesar de sumar cada año una gran cantidad de artistas provenientes de otras expresiones que le agregan una gran diversidad estilística a la profusa grilla.
«Cosquín Rock siempre va a seguir siendo un espacio rockero porque yo, que programo, soy fanático de esa música (risas). Pero además porque nació como un festival rockero y esa esencia la va a seguir manteniendo, aunque por supuesto que hoy con muchísima participación de otros estilos, como el urbano, el trap, el hip-hop y el indie», dijo el organizador en una entrevista con Télam.
«Si te fijás, estamos muy atentos a eso -amplió-. El que originariamente era el escenario principal, es netamente rockero y hay muchísimo nicho rockero porque, por ejemplo, los artistas que tocan en La Casita del Blues son bandas de rock and blues o de soul».
Precisamente, el encuentro que nació en el 2000 y sumó ediciones sin interrupción hasta el 2020, cuando la pandemia obligó a un parate presencial que fue suplido con una versión virtual hasta que finalmente pudo retomar su dinámica habitual en febrero pasado, fue ampliando su grilla en pos de una mayor variedad en la oferta musical.
Sin embargo, más allá de la suma de distintas expresiones que enriquecieron la propuesta original, el Cosquín Rock mantiene el predominio de un perfil rockero si se compara su grilla con la de cualquier otro festival nacional o internacional que se realiza en nuestro país.
Por caso, la nueva edición que se prepara para febrero presenta nombres ligados a los llamados nuevos ritmos urbanos, como Trueno, Dillom, Ca7riel y Paco Amoroso, entre otros; a la world music, por ejemplo Lila Downs; a la música electrónica, a partir de la presencia de Tiësto o Charlotte De Witte; y al indie y el pop, con Él Mató a un Policía Motorizado, Bandalos Chinos, Conociendo Rusia y Usted Señalemelo.
Pero la cartelera muestra como principales animadores a Divididos, Skay, Ciro, Las Pelotas, Fito Páez, Juanse, Guasones, Babasónicos, Catupecu Machu, No Te Va Gustar, La Vela Puerca y Estelares, entre tantos.
En este contexto, la nueva edición presentará algunas reformulaciones en la diagramación de los escenarios, en donde cada uno de ellos se caracterizará por sus respectivos perfiles estilísticos a nivel musical.
«Le hemos dado mucha personalidad a cada uno de los escenarios y cada uno se ha transformado en un festival en sí mismo», dijo al respecto Palazzo, quien en diálogo con esta agencia detalló las novedades que habrá en la edición de febrero próximo.
-José, en la edición pasada, el desafío fue el regreso a la presencialidad luego de la pandemia. ¿Qué objetivos se plantearon a la hora de programar este nuevo encuentro?
-Nos propusimos cuatro cosas: la primera, hacer cambios, para lo cual agregamos un nuevo escenario que se llama Montaña. Tuvimos que sacar las carpas donde hacíamos acústicos y el escenario Córdoba, para centrarnos en tres escenarios principales y grandes en el predio, todos ellos curados con diseños de Sergio Lacroix. Y mantuvimos a los gestores culturales, a Boomerang y al Club Paraguay, a los que les dimos libertad absoluta para que programen, y ellos le agregaron un color muy lindo con artistas que tal vez nosotros no teníamos en el radar, como Lila Downs o Rusowsky.
El segundo punto que nos planteamos fue trabajar mucho la sustentabilidad, que ya lo veníamos haciendo pero ahora ya como un objetivo claro del festival. Estamos en la búsqueda de generadores con biodiesel, en contabilizar las huellas de carbono, en recuperar, etc.
El tercer objetivo fue darle más servicios a la gente, por eso, además de todo lo que tenemos, va a haber un restaurante y otras actividades para seguir sumando gente que tal vez no venía al Cosquín por las características del lugar en donde se hace.
Y el cuarto fue darle más variedad a la grilla y creo que lo hemos logrado al sumar a Tiësto o Charlotte De Witte, y también hemos incorporado artistas que tal vez en algún momento ni nos imaginábamos en el Cosquín, como Lisandro Aristimuño, Monsieur Periné, Lila Downs; y algunos artistas internacionales como LP, Rels B o Vetusta Morla.
-Mencionaste tres escenarios grandes y dos de gestores culturales. ¿La Casita del Blues seguirá estando?
-Por supuesto. Me doy unos lujos bárbaros ahí porque además este año va a estar Nanda Moura, de Brasil, que es una de las mejores cantantes que vi en mi vida, no exagero. Vuelven Joanna Maddox y J. J. Thames. Va a ser una Casita con mucha participación de mujeres.
-¿Qué artistas que te hubiera tener no pueden estar y qué cosas te sorprendieron de esta nueva grilla?
-Me hubiera gustado tener a Los Gardelitos, que no podían porque Eli (Suárez) quería hacer un parate en el verano para grabar. Me hubiera parecido divertido que esté junto a Ojos Locos y Caras Extrañas, los jóvenes que arman un tándem de rock and roll. Y me hubiera gustado tener a Wos, que por una cuestión de agenda no puede estar. En cuanto a las sorpresas, es importante y novedoso contar con artistas internacionales de música electrónica, porque descubrimos que hay un montón de gente que viaja al festival que les gusta esa música; eso fue algo novedoso. Y también la apertura a los shows internacionales, que tanto nos costaban, con la llegada de LP, Vetusta Morla, Rels B. Hay muchos artistas españoles porque como estamos haciendo el Cosquín en España, creamos un vínculo muy lindo.
-Cosquín Rock es un éxito desde hace muchos años y sería muy cómodo mantener todo igual. ¿Cómo surgen las inquietudes para renovarse año a año?
-Hay una pasión detrás de esto y un grupo de gente que trabaja todo el tiempo. Nosotros creemos que es un proyecto que todavía tiene posibilidades de seguir creciendo, pero también hay cosas que nos van preocupando y, al viajar mucho a otros festivales, traemos un montón de inquietudes que nos ayudan a seguir buscando dinámicas. Cuando hacemos el Cosquín en otros países -este año se prevén ediciones en Uruguay, Paraguay, España y Estados Unidos- vemos cosas para mejorar acá.
-¿Presenta un desafío extra el hecho de que cada vez desembarquen más festivales internacionales en nuestro país?
-La realidad es que mientras más festivales, más cultura de festival. España tiene más de 500 festivales, tal vez ahí es más difícil, pero en Argentina necesitamos más festivales, porque es una cultura que se va imponiendo en volumen. Así vamos teniendo más cultura de festival donde la gente va entendiendo que no solo vas a ver música, sino que se vive toda una experiencia diferente.