En medio de denuncias por corrupción de menores a un actual productor del programa, la emisión final de Gran Hermano, que el lunes a la noche consagró ganador a Marcos Ginocchio tras pasar 162 días encerrado en la casa, alcanzó picos de 30 puntos de rating y ratificó el regreso del reality como un fenómeno televisivo que reunió nuevamente a los espectadores frente a la pantalla.
Ginocchio, alias «El primo», resultó ganador con el 70,83 por ciento de los más de 8 millones de votos del público y se alzó con el premio de 15 millones de pesos (que a través de una app durante estos meses generó un rendimiento de casi 5 millones más), una casa prefabricada y un año de cerveza gratis.
El segundo lugar fue para Nacho Castañares con el 29,17 por ciento, quien se llevó una casa y un año de cerveza, y el tercer puesto fue para Julieta Poggio con 19,66 a quien le tocó un año de cerveza y un viaje a un destino elegido.
Cuando el reality comenzó el 17 de octubre pasado con la conducción de Santiago del Moro con 23 puntos de rating, sobrevolaba la pregunta si el formato que había debutado en 2001 con éxito en Argentina iba a tener impacto 20 años después, con la pantalla televisiva en baja y la experiencia traumática del encierro por la pandemia.
El éxito que obtuvo esta edición le dio la razón a Telefe: el «reality» holandés replicado en más de 70 países volvió a la pantalla argentina para una nueva edición y se convirtió en el programa más visto con un promedio de 19.6 puntos.
No solo eso, Gran hermano también fue un fenómeno dentro de (e impulsado por) las redes sociales. Por citar solo el ejemplo, la final fue tendencia y la transmisión en YouTube y Twitch alcanzó a más de 372.000 usuarios en simultáneo.
Si bien todavía no hay una fecha exacta para el comienzo de una próxima edición, Santiago del Moro adelantó que habrá un nuevo Gran Hermano 2023 y que ya se encuentran abiertas las inscripciones para el casting. – TELAM