La versión musical argentina de la adaptación teatral de «Legalmente rubia» se estrenará el próximo 22 de marzo en el Teatro Liceo protagonizada por la coreógrafa y bailarina Laurita Fernández, quien aseguró que el papel «es lo más exigente» que hizo en su carrera.
Basada en la película de 2001 protagonizada por Reese Witherspoon inspirada en el best seller homónimo de Amanda Brown, la adaptación local del musical que estuvo en Broadway en 2007 y en el West End londinense tres años después, completa su elenco con Mario Pasik, Costa, Federico Salles y Santiago Ramundo.
«Es un espectáculo que desde que hice ‘Sugar’ lo tenía en la cabeza y varios compañeros y directores me venían mencionando que estaría bueno que lo hagamos y entonces siempre estuvo latente y dando vueltas hasta que llegó el momento oportuno. El título es muy conocido por todos pero está aggiornado a nuestra actualidad, realidad y costumbres, lo cual está bueno porque lo vuelve cercano y evita la posibilidad de que un show de afuera quede un poquito lejano. Se le buscó la vuelta para que lo sintamos cerca y sea muy divertido», contó Fernández en una entrevista con Télam en el hall de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde la obra tuvo su presentación ante la prensa.
La actividad de presentación incluyó una pintoresca llegada de Fernández con el look del personaje de Elle Woods en la película a bordo de un antiguo Chevrolet Impala rosa, haciendo juego con la indumentaria de la actriz, que ingresó por la rampa del reconocido edificio universitario hasta detenerse en la entrada de la facultad, donde la intérprete se fotografió a modo de réplica del ámbito que su homóloga estadounidense frecuentó en Harvard.
«Era clave que tenga mucho humor porque queríamos que la gente venga y se divierta y la pasé bien, pero, a su vez, tiene un mensaje muy hermoso y lo resume un poco la frase que elegimos para el show: los prejuicios pasaron de moda. Justamente se trata de eso: te pueden prejuzgar, pero aun así vos no tenés que cambiar o mimetizarte para conformar al otro, sino ser fiel a vos misma. Un poco ese es el mensaje y lo que te deja esta obra», añadió.
La historia original sigue a Elle Woods, una atractiva y popular joven muy consustanciada con la moda que cuando su novio, heredero de una familia importante, la deja porque estima que es «muy rubia» para hacer carrera en la política, decide estudiar derecho en Harvard para demostrarle su inteligencia y seriedad pero sin prescindir de su despliegue y afición por el vestuario y la coquetería.
¿Cómo es el anclaje argentino que le dan a esta versión local?
Tiene un anclaje argentino en cómo se resuelven muchas cosas que pasan, que quizá en el show de Broadway quedan un poco más en el aire y acá sentíamos la necesidad de darles una concreción y un cierre, sobre todo con la persona que prejuzgó y qué pasa con esa persona. Se pensó mucho y nos parecía importante que lo sintamos cercano. Y porque todos somos amantes de los musicales pero no queríamos que sea un espectáculo donde arranca, hay una canción, una linda historia y ya. Que esté todo integrado realmente para el que le gusta el musical y para el que no, que venga a pasarla bien. Y creo que todos nos sentimos identificados, ¿quién no fue prejuzgado en algún momento?
¿Y en cuanto a la adecuación a los tiempos actuales respecto de la película, de 2001?
La manera de decir las cosas. Nos parecía importante porque los tiempos cambiaron y la historia y su esencia están buenísimas, pero no es lo mismo los 2000 que 2024 y me parecía muy interesante poder darle ese giro actual. También desde la puesta y el vestuario: si ves la película y luego el show, tienen otro look. Una Elle Woods de esta época tiene otras herramientas quizás para «lookearse» y está bueno aprovecharlas.
¿Qué cercanía tenés con la película?
Me encanta Reese Witherspoon. Es un personaje que logró muchas cosas porque justamente habla de esa superación, habla de tener confianza en uno y no hacer las cosas por los demás; sino hacerlas por uno. Y aunque uno prejuzga a un personaje muy superficial, es muy sensible y la terminás adorando y eso me parecía reinteresante: lograr que sea un personaje que por más que la veas con un lindo vestido, zapatos, aritos y parezca todo rococó sobre quien alguien podría decir «qué hueca», no lo es. Y encima te terminás encariñando con ese personaje, eso me parecía muy interesante de la película.
¿Qué te llevaste del encuentro con tu homóloga en Broadway, Laura Bell Bundy, cuando estuviste en Nueva York?
Ella es una divina absoluta. Cuando le escribí por privado que estaba viajando y que sabía que ella estaba ahí en Broadway también, y que me gustaría verla para que me cuente un poco cómo había sido su experiencia, me dijo que fue lo más difícil que hizo en su carrera y ahora que lo estoy viviendo y transitando, entiendo por qué me lo dijo porque es lo más exigente que hice en mi vida hasta ahora, así que me recomendó que me prepare. Y también me dijo algo muy hermoso: «Si necesitas un consejo escribirme, pero vas a ver que cada escena la vas a disfrutar como única». Eso pasa en el espectáculo: cada escena es un mundo.
¿Cuán exigente es el despliegue coreográfico?
Tuvimos la libertad de poder hacer coreografías originales de acá, entonces se zarparon e hicieron unas cosas increíbles pero que requieren de mucho ensayo y entrenamiento. Y, a su vez, estamos cantando mientras bailamos, entonces me acuerdo de que cuando pensamos quiénes podían ser las coreógrafas, artistas que admiro y conozco desde que soy adolescente viendo lo que ellas hacían en ShowMatch, nos reímos ahora en los ensayos porque nos tienen entrenando, corriendo en la cinta y cantando para poder llegar a cumplir con todo lo que el show requiere. Es muy exigente, pero es un equipo que está 100 por ciento a la altura de todo eso. (TELAM)