Las elecciones presidenciales del martes 5 de noviembre de 2024 confirmaron el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, en lo que se creía a priori que sería una ajustada contienda en la que los estados bisagra desempeñaron un papel crucial. Con victorias clave en Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte, Trump selló su triunfo sobre la candidata demócrata y actual vicepresidenta Kamala Harris, consolidando el apoyo en territorios decisivos y asegurándose una contundente ventaja en el Colegio Electoral. Desde su residencia en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida -donde logró una victoria aún mayor que en 2020-, el ex jefe de estado norteamericano celebró los resultados rodeado de futuros secretarios, asesores, empresarios y fervientes partidarios, proyectando un inicio de mandato con respaldo tanto partidario como popular.
En su largo retorno a Washington DC, Trump reconstruyó su figura, se hizo fuerte dentro del Partido Republicano y consiguió lo que se le negó cuatro años atrás, cuando perdió la reelección con Joe Biden. Para explicar ese recorrido, estos podrían ser las claves que condujeron al líder republicano de nuevo a la Casa Blanca.
1. Dominio en los estados clave: Trump aseguró su victoria al ganar en la mayoría de los swing states, estados cuya balanza electoral suele ser determinante en los resultados finales. El apoyo en territorios como Carolina del Norte, Georgia, y Pensilvania inclinó decisivamente la elección a su favor, asegurando una mayoría suficiente en el Colegio Electoral. Pero también sorprendió en Wisconsin, Michigan, Nevada y Arizona.
2. Apoyo masivo del electorado: Con más de 68 millones de votos y un 51%, Trump superó ampliamente a su oponente demócrata, Kamala Harris (63 millones y 47%). Esta cifra refleja un respaldo masivo y consolidado, especialmente en zonas rurales y suburbanas, que respondió a su retórica directa y a un enfoque centrado en temas como seguridad y economía, factores sensibles para su grupo duro.
3. Discurso directo y crudo: A lo largo de su campaña, Trump mantuvo un discurso que, aunque a veces polémico, resonó profundamente con su base de votantes. Su estilo, a menudo calificado de “crudo”, le permitió conectar directamente con un electorado que desconfía de la corrección política y valoró su frontalidad en temas sensibles, como la inmigración y la seguridad fronteriza.
4. Creciente apoyo en la población latina: A pesar de sus posiciones controvertidas en torno a la inmigración, Trump logró captar un segmento importante del voto latino. La percepción de que su enfoque en la seguridad fronteriza era una medida necesaria para el país fue determinante, especialmente en comunidades que ya sienten los impactos de la inseguridad. A veces, ese discurso se alimentó de relatos falsos, como cuando se alentó la versión de que haitianos comían las mascotas de sus vecinos en una comunidad de Ohio.
5. Mensaje claro sobre seguridad en las fronteras: La insistencia de Trump en que las fronteras estadounidenses son “permeables” y que requieren medidas más estrictas tuvo gran resonancia entre sus seguidores. Este enfoque hacia una política de fronteras fuertes consolidó su apoyo, especialmente en estados fronterizos donde el tema es una preocupación prioritaria. Confrontó su mensaje con la política de la administración Biden que cosechó una percepción negativa por parte del electorado en esta materia.
6. Resistencia a las advertencias en su contra: Durante la campaña, opositores y analistas señalaron repetidamente que un nuevo mandato de Trump podría llevar a un estilo de gobierno “autoritario”. Sin embargo, estos señalamientos no lograron generar el efecto de miedo esperado, lo cual evidencia una falta de impacto en el electorado, que desestimó estas advertencias y optó por centrarse en temas económicos y de seguridad, cosas más urgentes para su vida cotidiana.
7. La inflación como tema decisivo: Uno de los factores más determinantes fue el impacto de la inflación en la vida diaria de los estadounidenses. Para muchos votantes, Trump representaba la promesa de una economía más estable, pese a que los números macroeconómicos del actual gobiernod demócrata sean robustos. La persistente alza de precios terminó por inclinar a gran parte de la población hacia una opción que percibían como una respuesta a su frustración económica. Kamala Harris no consiguió torcer esa percepción de deterioro en el nivel de vida de las poblaciones medias y más vulnerables, donde el mensaje de Trump penetró con fuerza.
8. Apoyo unificado del Partido Republicano: Trump recibió un respaldo casi absoluto de su partido, incluso en medio de algunas disidencias internas que, sin embargo, no llegaron a tener peso suficiente como para beneficiar a Harris. El apoyo de la maquinaria republicana fue crucial, especialmente en los estados clave donde el voto partidario suele ser más influyente.
9. Control del Senado: Uno de los factores que podrían asegurarle una presidencia sin grandes obstáculos es la mayoría republicana en el Senado, lo que facilitaría la aprobación de sus políticas y decisiones clave. Con un Senado a su favor, Trump tendrá mayor libertad para implementar su agenda y enfrentar a un Congreso que podría estar dividido.
10. Más gobernadores: El Partido Republicano consiguió además mayor control territorial al lograr nuevas gobernaciones. Triunfó en Vermont, New Hampshire, Virginia Occidental, Indiana, Misuri, Utah, Dakota del Norte y Montana. En total son 27 los republicanos que comandarán los destinos de la mayoría de los estados norteamericanos.
Fuente: INFOBAE.