En muchas ocasiones amigos, me he asombrado ante ese carisma que poseen ciertas personas, y que funciona como una especie de imán, haciendo que otras personas, se sientan atraídas hacia ellos, en determinadas circunstancias de tiempo y lugar.
Los ejemplos abundan, y se los puede encontrar en todas las actividades humanas, ya se trate del deporte, la ciencia, la música, el arte, la política o lo que se quiera nombrar.
Citaré como ejemplo a tan solo dos casos… Don Dean y Hugo del Carril. Podría también contar innumerables anécdotas de situaciones increíbles vividas junto a Diego Armando Maradona, Charly García, Palito Ortega y/o Leo Dan entre otros, pero por ahora, me referiré únicamente a mi padre y al famosísimo ídolo de la canción y el cine argentino, don Hugo del Carril.
DON DEAN…con mi viejo, era impensable salir a dar una vuelta manzana rápida, por la Ciudad de Buenos Aires. Podías tardar horas enteras. La gente se le acercaba como se le acercan las moscas a la miel, y Papá se ponía a charlar con todos, ya se tratase de una señora muy elegante o de un linyera harapiento sin techo.
Recuerdo que una vez lo acompañé, junto con mi hermano Buddy, al almacén que quedaba a la vuelta de su casa y surgió como tema de conversación mientras caminábamos, la mayor o menor importancia del dinero, en la vida de los seres humanos. De pronto un «sin techo» que estaba tirado en la vereda de la avenida Pueyrredón, dijo afectuosamente y en voz alta…»Buenos días señor Don Dean» y Papá, sin detener sus pasos, le respondió en el mismo tono…»Buenos días amigou».
.Seguimos la marcha los tres y DON DEAN…(nuestro querido viejo), con todo el amor de padre que tenía en su corazón, nos dijo a Buddy y a mí, a modo de conclusión del tema que veníamos tratando…»Vean muchachos, que no se leis olvide nunca…LO MAS IMPORTANTE EN EL MUNDOU, ES EL RESPETOU».
Con HUGO DEL CARRIL me sucedió algo similar. Fue allá por el año 72′. Nos encontrábamos los dos desayunando en el salón comedor del hotel Hermitage de Mar del Plata, junto a un gran ventanal que da al Boulevard Marítimo. Persona que pasaba caminando por el Boulevard, persona que entraba al comedor del Hermitage. Y no más entrar, se venían derechito a la mesa que ocupábamos nosotros dos. La mayoría me saludaba a mí (en general estaban al tanto que me encontraba filmando con Rosana Falasca y Hugo del Carril, la película «Siempre Fuimos Compañeros» en Mar del Plata), y con gran respeto y parsimonia…(casi con veneración), se dirigían a Hugo del Carril diciéndole «Don Hugo tal cosa» o «Don Hugo tal otra». Y lo miraban hombres y mujeres de toda edad) con cara de embeleso mientras Hugo les contaba algo o les hacía alguna broma.
Cuando esas muchas personas se fueron, Hugo del Carril, muy campechanamente me dijo…»VÉA MIJO, LO MAS IMPORTANTE QUE EXISTE EN EL MUNDO…ES EL RESPETO». Y continuó diciéndome…»Me hubiera ahorrado tantos disgustos en mi vida si…(y se quedó como pensando en algo unos largos instantes, para inmediatamente aconsejarme)…»mirá pibe…nunca te metas con la política…ni se te ocurra».
Reconozco que no le hice caso, pero no puedo decir, ¡que no me lo advirtió!
Verano Naranja
Y el ídolo se tomará un merecido descanso hasta febrero. Acorde con el verano, cerramos la última columna con Un Verano Naranja con imágenes de la película.