La nueva Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, electa en los comicios de diciembre pasado, asumió hoy e inauguró sus sesiones con una amplia mayoría de legisladores chavistas, aunque en paralelo la oposición ratificó la continuidad del anterior parlamento al que define como legítimo representante del país.
Con una ofrenda floral e imágenes en recuerdo de Simón Bolívar y Hugo Chávez, los diputados afines al Gobierno de Nicolás Maduro iniciaron la ceremonia con la que tomaron posesión del órgano legislativo, informó el diario El Universal.
El número dos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello y la esposa de Maduro, Cilia Flores, forman parte de la terna de diputados, entre los que también destaca el exministro Jorge Rodríguez, electo como jefe del nuevo Parlamento.
«Estamos aquí por mandato del libro del pueblo, porque una democracia está sustentada en el cuerpo de leyes, porque no hay democracia si no se respetan las normas», indicó Rodríguez tras su jura junto a una Constitución.
«Estamos aquí para la reconciliación política, pero sin olvido, sin impunidad. Enfrentamos crímenes que quisieron acabar con nuestro territorio y el pueblo», añadió en un mensaje destinado a la oposición.
El Gobierno reivindica que estos nuevos diputados son los legítimos legisladores para esta nueva etapa (2021-2025), con la que el chavismo retoma el control de la Asamblea Nacional tras cinco años.
«Tengo inmensa fe en la nueva Asamblea Nacional, en sus diputadas y diputados. Juntos daremos un gran salto hacia la recuperación de la economía, la reconciliación y la defensa de la Paz nacional», escribió Maduro en su cuenta de Twitter.
En paralelo y en un lugar alternativo, el sector más grande de la oposición, liderado por Juan Guaidó, el dirigente que decenas de países en el mundo siguen considerando como «el presidente interino» del país, entre ellos Estados Unidos, oficializó la continuidad del parlamento saliente.
«Estamos aquí de pie», dijo Guaidó al tomar la palabra, en un discurso con el que apeló a la «institucionalidad» y defendió que su sector representa a una «mayoría» frente a Maduro, según reprodujo la agencia Europa Press.
«Mientras la dictadura intenta generar terror y militariza el Parlamento, estaremos instalando el nuevo periodo de la legítima Asamblea Nacional», insistió y habló de una «continuidad constitucional» como única alternativa a la «situación atípica» que atraviesa el país.
«Al no haber diputados legítimamente electos para este nuevo periodo legislativo, corresponde al Parlamento electo en 2015 seguir en funciones hasta que haya una elección válida», argumentó tras denunciar que, antes del acto, «esbirros de la dictadura» mantuvieron vigilada su residencia.
Las elecciones del 6 de diciembre pasado fueron boicoteadas por el sector liderado por Guaidó, lo que facilitó una amplia victoria del PSUV y sus aliados, que ocuparán 256 de los 277 escaños del parlamento unicameral.
Los comicios dejaron, además, otro resultado significativo: cerca del 70% del padrón electoral no votó.
El sector de Guaidó como sus aliados en el exterior no reconocieron la legalidad de las elecciones: para el primero fue «un fraude» y para los segundos no se cumplieron las garantías mínimas para una competencia electoral justa.
A partir de esto, Guaidó y el sector que lo apoya aprobó el día después de Navidad la «continuidad» de la vieja Asamblea Nacional opositora mientras no se realicen elecciones presidenciales y legislativas «libres, justas y verificables».
«La continuidad constitucional del Parlamento no es un capricho, es un deber al no haber existido una elección», justificó Guaidó en un video que divulgó en redes sociales.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), un poder compuesto por jueces aliados al Gobierno de Maduro, anuló esta resolución del parlamento saliente por lo que, a los ojos del Estado venezolano, los legisladores con mandato vencido ya no tienen ningún rol institucional en el país.
Pero en la batalla por el relato, en Venezuela ya está todo listo para reeditar la pulseada de dos poderes legislativos en pugna que dominó los últimos años entre la entonces AN de mayoría opositora y la Asamblea Nacional Constituyente de mayoría chavista que convocó y disolvió el Gobierno de Maduro.
En medio de esta disputa, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció hoy que el país sufrió un «ataque» contra el sistema eléctrico que provocó fallos eléctricos en varios puntos del país.
En un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter, Rodríguez aseveró que el apagón afectó a Caracas y otros estados del país, y aseguró que las autoridades investigan las causas y la autoría de lo ocurrido. (Télam)