El juicio a Eva Analía “Higui” De Jesús comenzó este martes en una pequeña sala de los tribunales de San Martín sin prensa ni transmisión, en el marco de un hermetismo que contrastó con el colorido despliegue realizado calle abajo por las organizaciones feministas y LGBT+, que interrumpieron el tránsito para reclamar la absolución de esta lesbiana acusada de “homicidio simple” por defenderse de una violación grupal.
“Ahí adentro no sé cómo estoy aguantando, pero salgo afuera y ustedes me dan confianza. Pero es jodido porque (los agresores) son todos buenos hoy, pero si hubiera sido yo la muerta, no hubiese pasado nada de lo que está pasando, se hubiera tomado como algo normal”, dijo Higui a la salida en radio abierta.
Con una hora y media de retraso, los jueces Gustavo Varvello, Germán Saint Martin y Julián Descalzo del TOC 7 de San Martín presidieron en horas del mediodía la primera de cuatro audiencias previstas, en la que además de las partes y familiares de la víctima –Cristian Espósito (28)-, estuvieron dos funcionarias del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades de la Nación –las subsecretarias de Políticas de Diversidad, Greta Pena; y de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género, Laurana Malacalza-, un grupo de funcionarias del ministerio de Mujeres de la provincia de Buenos Aires y la militante lesbiana Adriana Carrasco.
“Hay muchísimo interés en saber qué es lo que puede pasar cuando vos te defendés de un ataque grupal de unos varones heterocisgénero. Esperemos que se haga justicia, aunque el camino va a ser bastante duro y ya tuvimos algunas agresiones por falta de los familiares”, dijo a Télam la abogada de Higui antes de ingresar a la sala con sólo 16 asientos habilitados.
Es que momentos antes se habían vivido momentos de tensión, cuando Higui ingresó al Palacio de Tribunales de San Martín y un grupo de familiares de Espósito entre los que estaba su madre, comenzaron a cercarla gritándole “¡asesina!”.
Eva Analía De Jesús, más conocida por el apodo que se ganó por sus dotes de arquera (Higui), en referencia al popular guardameta colombiano René Higuita, llegó al banquillo acusada de haberle dado muerte a uno de los tres hombres que la atacaron el 16 de octubre de 2016 en Lomas de Mariló, un barrio vulnerable de Bella Vista donde había ido visitar a su hermana por el Día de la Madre.
Y a pesar de que ella denunció un intento de violación grupal y de que fue encontrada desvanecida en el lugar de los hechos, con traumatismos en diferentes partes del cuerpo, el pantalón y la ropa interior rotos; el hecho nunca se investigó como tal y la investigación acumuló numerosas irregularidades, como pruebas que se perdieron y pericias no efectuadas.
Detenida de inmediato, ella no se enteraría hasta el otro día que el puntazo que le había asestado en el abdomen al hombre que se le tiró encima, le había ocasionado la muerte.
Tras ocho meses presa, la Cámara de Apelaciones de San Martín le concedió la excarcelación extraordinaria gracias a una fuerte movilización para exigir su libertad.
“En el inicio del debate la defensa sostuvo que se trató de una agresión de tipo sexual que se estaba haciendo grupalmente y es frente a esa situación que ella intenta una defensa y le provoca una lesión a la persona que finalmente fallece”, dijo la abogada penalista y asesora de la Subsecretaría de Política Criminal del Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Sofía Caravelos, que participa en apoyo a la defensa.
“La fiscal planteó que la versión de Higui no se correspondía con la verdad material, pero no contextualiza el hecho en ningún sentido, de modo que la escena empieza para ella en el momento que hiere a esta persona y le da muerte”, aportó Lucía Coppa de la misma dependencia e idéntico rol en el juicio.
La primera testigo en declarar fue la esposa del hombre fallecido, Juana Recalde, tras lo cual lo hicieron otros cuatro testigos aportados por la fiscal Liliana Tricarico.
“Lo mató sin motivo, supuestamente porque ella es lesbiana y él la discriminaba, pero yo soy lesbiana y él se crió toda la vida en este ambiente. Lo acusaron de ‘violín’, de todo, pero ella miente”, dijo Jerez a la prensa mientras se mantenía erguida apoyada en dos muletas y vestía una remera con el rostro de su hijo con la leyenda “Justicia por Pino” (el apodo familiar de Cristian Espósito).
En tanto, declararán a favor de Higui en las próximas jornadas su psicóloga, la psiquiatra y un grupo de los denominados “testigos de concepto” -porque no hubo testigos presenciales del hecho más allá de los protagonistas- como las hermanas de Higui.
“¡Olé, olé/ olé, olá/ olé, olé/ olé, olá/una lesbiana, se defendió/, se llama Higui, queremos la absolución!”, cantaba afuera la manifestación con una fuerza que les permitía ser escuchadas incluso en el décimo piso de los tribunales donde se desarrolla el juicio.
Las decenas de banderas y pancartas que cubrían la fachada del palacio, intercalaban mensajes de apoyo a Higui -como “yo me defendería como Higui” o “existimos porque resistimos”- con el reclamo por la aparición con vida del joven trans Tehuel de la Torre.
Todo este “aguante” fue organizado por la Campaña por la absolución de Higui que montó una serie de gazebos a lo largo de toda la cuadra de Avenida Balbín al 1700, entre los cuales hubo un puesto sanitario, una radio abierta, una olla popular, partidos de fútbol cinco y talleres de autodefensa personal.
“Si logramos la absolución de Higui será un antes porque gracias a la lucha habremos dejar sentados que las mujeres y la diversidad, frente a un ataque de estas características, se pueden defender con lo que tengan”, dijo a Télam la dirigente de izquierdas Vilma Ripoll.
Además del MST, se convocaron allí algunas organizaciones políticas, feministas y de la diversidad sexual como Las Rojas, La Sublevada, ATE, Mala Junta, Nuevo Encuentro, La Cámpora, Pan y Rosas, Mesa de Diversidad de San Martín, entre otras. (Télam)