El Banco Central de China prometió este martes que aumentará su apoyo a la economía real luego de que Beijing lanzara un testeo masivo para casi todos sus 21 millones de habitantes, situación que generó temor en los mercados por la posibilidad de que la capital se sume a Shanghai en la lista de más de 20 ciudades del país que se encuentran en confinamientos estrictos.
“El Banco Popular de China va a reforzar su política monetaria prudente de sostén a la economía real, especialmente a las industrias y las pequeñas empresas más afectadas por la pandemia”, consignó la entidad en un comunicado, según la agencia Bloomberg.
Asimismo, el banco central del país asiático prometió mantener la liquidez en “un nivel razonablemente amplio”, y promover un desarrollo “saludable y estable” de los mercados financieros.
Pese a las expectativas del mercado, China no redujo sus tasas de interés de referencia con el fin de motorizar su economía, aunque en reiteradas ocasiones, con el fin de aumentar la liquidez, redujo los encajes bancarios, una medida que reiteró el lunes.
No obstante, todo indica que el presidente Xi Jinping, quién buscará este año su tercer mandato consecutivo, intentará contener los efectos de las medidas sanitarias.
En ese sentido, tras una reunión presidida por el mandatario, el Comité Central Financiero anunció este martes la decisión de ampliar y avanzar diversos proyectos de infraestructura como aeropuertos y obras energéticas; a la vez que pidió un mayor gasto fiscal y una ampliación de los medios de financiamiento para la construcción, según consignó la cadena estatal CCTV.
Entre el lunes y el martes, tanto la bolsa de Shanghai como la de Shenzhen acumularon un desplome del 6%, tras la decisión de Beijing de comenzar con testeos masivos en su población, lo cual generó temor a que se establezca una cuarentena total en esa ciudad en el marco de la política “cero-covid” que lleva a cabo el Gobierno.
Del mismo modo, la preocupación tuvo su eco en el resto de las bolsas internacionales y en el petróleo, cuyo valor cayó el lunes, en el caso del barril Brent, por debajo de los US$ 100.
Pese a las promesas del banco central y una meta gubernamental de crecimiento ambiciosa del 5,5% anual, las sucesivas cuarentenas en China a causa del peor rebrote del virus desde principios de 2020 ya generaron signos de desaceleración en su economía.
En ese sentido, algunos bancos de inversión como Bank of America, Goldman Sachs, JPMorgan y Barclays redujeron sus previsiones y ahora estiman que la economía china crecerá este año entre 4,2% y 4,6%.
Además de las implicaciones de una desaceleración de la segunda economía mundial, existe preocupación de que las sucesivas paralizaciones en los puertos chinos, como el de Shanghai, el mayor puerto en nivel de tráfico en el mundo, junto con la guerra entre Rusia y Ucrania vuelvan a agravar la situación logística mundial, la cual recién había comenzado a recuperarse tras verse severamente impactada en los últimos dos años.
“Esperamos un peor desorden este año. La situación va a tener un impacto negativo”, afirmó Jacques Vandermeiren, CEO del Puerto de Amberes (el segundo en Europa en volúmenes de containers) a Bloomberg.
Las empresas, afectadas por el incremento en el costo del transporte, trasladan los precios a los consumidores, alimentando una inflación mundial que ya se ve motorizada por el repunte en el valor de commodities como los alimentos y la energía.
“Existe un riesgo de que se sume más inflación en el mundo a partir de estas disrupciones”, estimó Frank Benzimra, analista del banco Société Générale.