Con una fiesta que tuvo al baile y la colorida puesta en escena como grandes protagonistas, Tini provocó la noche del sábado el delirio de su público en su segundo concierto del tour 2022 en el Hipódromo de Palermo, que contó con L-Gante como gran invitado.
En ese contexto, la joven artista cautivó con su carisma y regaló a sus fans un repertorio que fue celebrado de principio a fin, incluso en el caso de aquellas canciones de más reciente edición y menos recorrido.
Para ello se basó en un despliegue escénico en el que abundaron las coreografías, los cambios de vestuario, los juegos lumínicos, plataformas móviles, grandes pantallas y pirotecnia, entre otros trucos.
Pero también hubo un viaje musical de una hora y media que arrancó a puro baile, tuvo su lacrimógeno momento romántico y terminó con la energía en alto, en un híbrido de pop latino, reggaetón, ritmos urbanos, baladas y algunos coqueteos electrónicos.
Algunas quejas en las redes sociales en torno a la primera presentación del viernes hicieron que una locutora anticipara que había una demora en el inicio del show debido a que aún restaba gente por ingresar al lugar, al tiempo que reclamaba a los presentes que se abstuvieran a subirse a las sillas para no entorpecer la visión de quienes estaban en el campo trasero.
Sin embargo, apenas media hora hubo que esperar para que un video de una habitación de estética «teen» sirviera de excusa para una cuenta regresiva al show, que inició con Tini descendiendo desde una plataforma mientras tocaba la batería.
Si el fervor se hacía sentir desde temprano en un público conformado en su mayoría por chicas adolescentes o niñas acompañadas por padres y madres, ya con Tini sobre el escenario la exaltación fue total y no disminuyó nunca. Cada una de las canciones fue coreada y a cada instante del show, le correspondió su respectiva ovación.
En un escenario con plataformas móviles que subían y bajaban, Tini se rodeó de un cuerpo de baile, en tanto que los músicos -un guitarrista, un bajista, un tecladista y un baterista- se ubicaron en un desnivel, fuera del foco de atención, salvo en contados momentos de protagonismo sonoro.
Entre las llamaradas de fuego, las incandescentes gráficas, las coreografías, los vestuarios, los videos y las pantallas que reproducían lo que ocurría en escena y lo mechaba con imágenes del público -en un paneo se pudo ver al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta-, el show no dio respiro visual.
En el plano musical tampoco se quedó atrás gracias a un repertorio basado mayormente en los éxitos de su disco «Tini Tini Tini» de 2020, y que además incluyó sus últimos singles, como el caso de «Bar», «La triple T» y «Miénteme».
Pero las composiciones fueron presentadas en bloques que tuvieron un hilo conductor, en su mayorías de índole sonoro, por lo que a unos primeros pasajes predominantemente de pop latino, le siguió otro de corte más romántico e intimista, realizado desde un modesto escenario montado en la mitad del campo.
Allí, Tini solo con un micrófono de pie también hizo alusión al delicado momento de salud que atravesó su padre, el productor Alejandro Stoessel, que la obligó a postergar estos shows previstos inicialmente para marzo, y aprovechó para manifestar su gratificación con el apoyo del público.
«Quiero agradecer que hayan comprendido. Quiero agradecer por haberme acompañado en el peor momento de mi vida», dijo emocionada antes de entonar «Acércate», a la presentó como la «canción favorita» de su papá.
La flamante «Carne y hueso» y «Consejo de amor», con su final de solo de guitarra eléctrica con todos los conocidos tips rockeros, devolvieron a Tini al escenario principal para un set que con la presencia de una DJ iba a caracterizarse por su corte electrónico.
Y aunque el show contó con numerosas pistas grabadas que, entre otras cosas, trajeron las voces de quienes colaboraron con la artista en muchas de las canciones que formaron parte del repertorio, así como el dúo MYA marcó presencia en «2.50», L-Gante irrumpió en persona a la hora de «Bar», en el tramo final del concierto.