La principal autoridad anti-Covid de China insinuó este jueves un posible relajamiento de la rígida estrategia de tolerancia cero con el virus, luego de que cientos de personas protestaran en varias ciudades para exigir el fin de los confinamientos y más libertad política.
Los comentarios de la la viceprimera ministra Sun Chunlan llegaron apenas horas después de que las autoridades efectivamente dispusieran un levantamiento parcial de restricciones en varias zonas de dos grandes ciudades que fueron escenario de protestas.
En un discurso ante la Comisión Nacional de la Salud (CNS), Sun dijo que la variante Ómicron del virus se debilita y la vacunación está en aumento, informó la agencia de noticias oficial china Xinhua.
Ante ello, dijo Sun, hay una «nueva situación» que requiere «nuevas tareas».
Sun, considerada figura clave en la respuesta de China a la pandemia, no citó la política de cero covid, lo que sugiere un posible alivio en la estrategia que ha golpeado a la economía y la vida cotidiana de la población.
El enojo con la política anti-Covid de China, que incluye estrictos confinamientos, generó protestas en grandes ciudades como Beijin, Shanghái y Cantón.
El Gobierno chino pidió reprimir las manifestaciones, pero autoridades también han dado señales de un relajamiento en la estrategia antivirus.
Los dichos de Sun llegaron horas después de que Cantón, un importante centro manufacturero donde el martes hubo grescas entre policías y manifestantes, anunció el levantamiento de un confinamiento de semanas pese a registrar récord de casos.
Las autoridades aliviaron este miércoles las restricciones en distinta medida en los 11 distritos de la ciudad, incluso en Haizhu, donde ocurrió la protesta.
Asimismo, la ciudad central de Chongqing anunció que los contactos cercanos de personas con Covid-19 podrían guardar cuarentena en casa si cumplen ciertos requisitos, un giro de las reglas que los obligaban a ir a instalaciones de aislamiento.
Los comentarios de Sun y las reglas más blandas en algunas localidades «podrían indicar que China comienza a considerar el fin de la estricta política de cero covid», según analistas.
«Creemos que las autoridades chinas están cambiando a una postura de ‘convivir con el covid’, como lo reflejan las reglas que permiten a la gente aislarse en casa en lugar de ser llevada a centros de cuarentena», dijeron en una nota analistas de ANZ Research.
Al acercarse al tercer aniversario de la detección de la pandemia en la ciudad central china de Wuhan, la dura política de China contra el virus generó protestas como no se habían visto desde el movimiento prodemocracia de 1989.
Un mortal incendio la semana pasada en Urumqi, capital de la región noroccidental de Xinjiang, catalizó la furia de la población que consideró que las víctimas quedaron atrapadas dentro del edificio en llamas por las restricciones anti-Covid.
Pero los manifestantes también exigen reformas políticas y algunos llegaron a pedir la renuncia del presidente Xi Jinping, según videos de las protestas en Shanghái que circularon en Internet.
El estricto control informativo en China y las restricciones de desplazamiento han dificultado verificar el número de manifestantes en las protestas en todo el territorio del país, que tiene 1.400 millones de habitantes.
Es raro que China registre manifestaciones a lo largo del país como ocurrió desde el fin de semana pasado.
El movimiento prodemocracia de 1989 terminó con derramamiento de sangre cuando intervinieron los militares, en especial en la Plaza Tiananmen de Beijing y sus alrededores.
El miércoles falleció el expresidente chino Jiang Zemin, quien asumió el poder justo después de la matanza de Tiananmen.
La represión de las protestas en China contra las medidas anti-Covid fue criticada por la ONU, Estados Unidos y el Reino Unido.
Al ser consultado sobre las protestas en una entrevista con el canal NBC News, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que en cada país la población debe poder «expresar sus frustraciones» mediante protestas pacíficas.
Cuando un «gobierno toma grandes acciones represivas para impedirlo, eso no es señal de fortaleza, es señal de debilidad», afirmó Blinken. (Télam)