Por el Dr. Alejandro Andersson, médico neurólogo, director del Instituto de Neurología Buenos Aires.
La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia, es decir, del deterioro de las funciones superiores o capacidades cognitivas. Compromete no solo a la memoria, sino también a todos los aspectos de la vida.
En los casos avanzados, los pacientes se encuentran con una especie de «mirada perdida» y son incapaces de reconocer a sus familiares más cercanos.
La enfermedad de Alzheimer fue descripta por primera vez en 1907 por el Dr. Alois Alzheimer. Se consideró una curiosidad para la época dado que se trató de un caso de una mujer de 67 años cuando el promedio de vida de entonces rondaba los 45 años.
¿Quiénes padecen Alzheimer? Aproximadamente, uno de cada 10 personas mayores de 65 años. En la Argentina, habría unos 400 mil pacientes.
¿Cómo se diagnostica la demencia? En un primer momento, el deterioro cognitivo se advierte por lo que refiere el paciente o su familia y luego se objetiva y mide con exactitud con evaluaciones neurocognitivas. Las alteraciones de la memoria no siempre significan demencia. Los test neurocognitivos son la mejor manera de saber si se está frente al frecuente olvido benigno o si al olvido patológico del Alzheimer.
La causa del Alzheimer es el depósito, entre las neuronas, de formas tóxicas de una proteína denominada betaamiloide, que termina rompiendo su esqueleto interno. Cuando una neurona sufre este proceso contagia a su vecina y comienza una reacción en cadena. El proceso comienza silenciosamente 20 años antes de manifestarse, como deterioro cognitivo leve, luego moderado y, finalmente, severo.
¿Es hereditaria la enfermedad de Alzheimer? En mayor o menor medida, la genética juega siempre. Hoy, existen paneles genéticos para estudiarse. ¿Quién puede estar afectado por la Alzheimer? La patología no distingue clases socioeconómicas, raza o grupo étnico, afecta a hombres y mujeres -predominando discretamente en estas últimas-, y es más frecuente en personas mayores de 65 años. Un claro antecedente de Alzheimer en la familia incrementa el riesgo de padecerla, y un bajo nivel de educación o escasa actividad intelectual productiva durante la vida es otro factor de riesgo para la demencia.
Hay cuadros de gran penetración genética conocidos como Alzheimer familiar y otros conocidos como Alzheimer esporádico, en donde la genética juega mucho menos, dando lugar a los factores ambientales. Son la mayoría. Por eso, cuidar la circulación cerebral respetando los factores de riesgo vascular, tener actividad física, intelectual, social, emocional y manual, nutrición adecuada y sueño de calidad previenen cerca del 50% de los cuadros cuando se hace en etapas tempranas de la vida.
En cuanto a los tratamientos, actualmente se dispone de fármacos (donepecilo, galantamina y rivastigmine) que estimulan y aumentan la disponibilidad de acetilcolina en las sinapsis de los circuitos de la memoria y otros (memantine) que regulan el glutamato.
El ácido graso Omega 3, particularmente el DHA (ácido docosahexaenoico), facilita la síntesis de membranas neuronales, útil para nuevas prolongaciones y sinapsis neuronales.
También se está trabajando en una medicina personalizada para cada individuo, que serían los futuros tratamientos de precisión. Estos, ajustados e individuales, se obtendrían analizando los biomarcadores (plasma e imágenes) y características del cuadro de cada paciente. Fuente Télam