La autocrítica sobre su Gobierno y los reproches del expresidente Mauricio Macri al sector «filoperonista» de su gestión siguen ampliando la brecha entre su sector, donde se ubican los «duros» del PRO, y el grupo que se autodenomina «moderado» dentro de la coalición opositora de Juntos por el Cambio (JXC).
Las declaraciones del exjefe del bloque del PRO en Diputados Nicolás Massot volvieron a agitar las aguas en el frente que integran la UCR, la Coalición Cívica y el PRO.
En una entrevista con C5N, Massot se mostró «sorprendido» por los dichos de Macri en los que cuestionó, sin nombrarlos, al exministro del Interior Rogelio Frigerio y al extitular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó durante la gestión de Cambiemos y lo atribuyó a la «autocrítica» que ese sector realizó a poco de asumir, cuando le advirtió al exmandatario sobre el cambio en el espíritu original de la coalición de Gobierno.
«Nosotros empezamos la autocrítica cuando estábamos en el Gobierno, no diez meses más tarde de haber perdido», reprochó Massot.
«Tal vez haya sido esa autocrítica que consideraron inoportuna la que nos haya costado estas declaraciones actuales», aseguró.
El exdiputado (que actuó como mano derecha de Monzó en Diputados) se manifestó «sorprendido» por las declaraciones del expresidente, quien durante una entrevista había cuestionado la labor de un sector del ala política en su gobierno. «Nunca debí haber delegado la negociación política y yo la delegué en mi ala más política, con filoperonistas tanto en la Cámara de Diputados y los gobernadores», había dicho Macri.
Massot contó que en 2017 plantearon puertas adentro del Gobierno que habían «perdido el espíritu original con el que habíamos llegado al poder: el espíritu de unidad de los argentinos». Además acusó a Macri de ser el responsable de que su Gobierno comenzara «a girar en sí mismo con actitudes muy autoreferenciales y de prejuicio con el peronismo y la oposición en general».
«No se trató de un problema de delegación, sobre todo se trató de un problema de subestimación de la política», fue la mirada de Massot, quien dijo que prueba de ello fue la convocatoria «urgente y tardía» al peronista Miguel Ángel Pichetto para completar la fórmula presidencial de Cambiemos.
Massot tampoco coincidió con el exmandatario en su afirmación de que el peronismo estaba «secuestrado» por la vicepresidenta Cristina Kirchner. «Yo no comparto que esté secuestrado ni que sea monolítico. Creo que fue y posiblemente siga siendo muy heterogéneo y diverso. Y fue esa heterogeneidad la que nos permitió tejer acuerdos» durante la gestión de Cambiemos.
Pero opinó que «esa suerte de entendimiento del gobierno fue abandonado por el Poder Ejecutivo unilateralmente».
Una semana atrás, el encargado de responder las acusaciones de Macri había sido el actual diputado Sebastián García de Luca (Juntos por el Cambio) quien destacó que gracias a Frigerio y Monzó, se pudo «construir gobernabilidad» en los cuatro años de Cambiemos y recordó que «la estrategia política se definía en la Jefatura de Gabinete», en un tiro por elevación a Marcos Peña.
Todo este mar de fondo se desató con el retorno de Macri a la primera plana de los medios nacionales, luego de que realizara un raid mediático la última semana.
Según fuentes de su entorno, Macri buscará revalidar su liderazgo dentro del PRO y de JXC, en principio para mantener fuerte a su sector «duro», tener influencia en las listas nacionales que se vienen y mostrar voz y voto en la elección del próximo líder de la coalición opositora.
Justamente el regreso mediático de Macri marcó las diferencias con este sector, que busca armar un nuevo polo opositor, con más peronistas y lejos del macrismo.
Los aludidos se habían llamado a silencio por una semana, mientras dirigentes como el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli (quien dijo que eran «personas muy valiosas»), entre varios otros, los defendieron.
«Cuando incluye un paso de factura a terceros deja de ser autocrítica y para ser crítica a otros», apuntó por su parte el radical Ernesto Sanz, en un llamado de atención directo a Macri.
Sin embargo el grupo de Monzó y Frigerio, que engloba a más de una docena de diputados en frágil alianza con JXC, rompió el silencio por boca de Massot. Todo ese sector cree que el reproche público de Macri los fortaleció en su posición moderada «alejada de los extremos» como se definen ellos mismos.