En un día como hoy fallecían en un trágico accidente dos de los integrantes del conjunto folclórico Los Tucu Tucu. El auto en el que el grupo viajaba de Santa Fe a Tucumán fue arrollado por un tren; Los fundadores Ricardo Romero y Héctor Bulacio murieron en el acto, Carlos Sánchez y Roberto Pérez sobrevivieron al accidente.
Cabe recordar que el accidente se produjo a las 6.30 hs. de ayer en la localidad de San Cristóbal, cerca del cruce de las rutas provinciales 4 y 13, cuando un tren del Belgrano Cargas embistió en un paso a nivel al Renault Megane en el que se movilizaban los músicos. El cuarteto, que mantenía una activa agenda de presentaciones en todo el país, había salido de la localidad de San Lorenzo, donde habían actuado en la noche del sábado, y se dirigían hacia Tucumán, donde tenían previsto presentarse en el festival Septiembre Musical.
Los Tucu Tucu se formaron en 1959 en la provincia de Tucumán, en medio del surgimiento de la efervescencia del folklore que caracterizaría la década del 60. Ricardo Romero, el creador del grupo, pensó que, así como otras provincias ya tenían sus grupos vocales característicos, Tucumán debía tener el suyo. Así sumó su voz de bajo a la de Héctor Hugo Bulacio, segunda voz y segunda guitarra del conjunto, también tucumano. Los otros dos integrantes actuales, Carlos Alberto Sánchez (primera voz y percusión) y Roberto Pérez (primera guitarra y primer tenor), los más jóvenes del conjunto, se incorporaron más tarde a la formación.
En 1965 se incorporó a Los Tucu Tucu la voz de Coco Martos, que sumada a la de Bulacio, Romero y Chango Paliza terminaría de definir una identidad musical que haría reconocido al grupo dentro del folklore. Algunos de los primeros temas con los que el conjunto dejó su sello en el cancionero son Tristeza del porqué, Zafrero, Sin adió y La cautiva; más tarde incorporarían al repertorio temas propios y de compositores nuevos, y canciones como Candombe para José. Pese al tiempo transcurrido y a los cambios de integrantes, el estilo de Los Tucu Tucu se mantuvo intacto en sus más de 40 años de trayectoria. Supieron hacer suyas las palabras de Machado se hace camino al andar, y ese andar los llevó a cosechar más aplausos y recorrer más caminos con canciones que calaron en lo hondo del corazón, describía su trabajo un reciente boletín de prensa del grupo.
Además de haber sido nombrados padrinos de varios festivales como La Chaya de La Rioja, Jesús María, Monteros, La Santafecita, Reconquista, Tinogasta y Merlo, cosecharon premios como el Ñandú de Oro como intérpretes y autores en el Festival de Punta Arena (Chile), el Primer Premio Internacional de Folklore en Madrid (España), o el Premio a la Trayectoria en el Festival de la Tonada de Mendoza. Fuera del ambiente estrictamente folklórico, participaron como representantes de la Argentina en la Expo Sevilla 92, donde compartieron escenario con Julio Bocca y Alberto Cortez. Al año siguiente Cosquín los nombró Caballeros del Folklore, más tarde recibieron el 2º Camín Cosquín de Oro (el máximo galardón del folklore argentino), y en 1998 el Congreso de la Nación los distinguió por su aporte a la cultura nacional.