El expresidente boliviano y referente del Movimiento al Socialismo (MAS) Evo Morales visitó hoy a la dirigente social Milagro Sala en su casa del barrio Cuyaya, de San Salvador de Jujuy, donde cumple con una prisión domiciliaria, y advirtió que «tarde o temprano llega la justicia».
La reunión con Sala fue una de las últimas actividades de Morales en su despedida del país, después de haber permanecido exiliado casi un año tras haber sido forzado a dejar el Gobierno de Bolivia.
El referente del MAS no quiso dejar Argentina sin cumplir una promesa que le había realizado a Sala en el día de su cumpleaños, el 20 de febrero último, cuando la saludó a través de una videollamada.
Morales llegó a Jujuy acompañado de su exvicepresidente Álvaro García Linera y el ministro de Cultura, Tristán Bauer, quienes recibieron un afectuoso saludo de residentes bolivianos en el aeropuerto Horacio Guzmán, de Ciudad Perico, ubicado 30 kilómetros al sur de San Salvador de Jujuy.
Desde allí se trasladaron hasta el domicilio de Sala, en calle Gordaliza al 1700 del barrio Cuyaya, donde se preparó una breve ceremonia con la participación de amautas de los pueblos Tupí guaraní y comunidad Coya, que impartieron bendiciones a los presentes.
En un breve encuentro, dado que Morales tenía previsto llegar a La Quiaca esta noche para cenar con el presidente Alberto Fernández, la dirigente destacó el gesto del expresidente boliviano de visitarla en su casa, donde cumple con el arresto domiciliario por diversas causas judiciales.
«Que hoy esté acá siendo solidario conmigo, con la prisión que estoy teniendo, es un gesto de que es un excelente compañero, que se dedicó a militar continuamente, formó conciencia y ha devuelto dignidad a los hermanos boliviano», resaltó.
Tras destacar que «los hermanos bolivianos volvieron a recuperar la presidencia», Sala hizo entrega a Evo de un compendio de las obras de la Tupac Amaru y artesanías jujeñas.
Por su parte, el referente del MAS se mostró emocionado tras reencontrarse con Sala después de varios años y aseguró que «Milagro hace milagro».
«Comparto tu lucha, tarde o temprano llega la justicia», expresó Morales y cerró: «Mucha fuerza, mucho trabajo, estamos contigo y vamos a luchar por los pueblos».
La presencia de un referente de los pueblos originarios en un territorio donde se vive la cultura de la Pachamama generó que se armara un «círculo integrador para intencionar la partida» hacia la ciudad boliviana de Villazón, señaló a la agencia oficial Télam Marta Zerpa, de la comunidad coya de Cerro Blanco de la localidad de Abra Pampa.
La referente indígena aseguró que las comunidades fueron «soporte en este tiempo», en referencia al exilio de Morales, y por ello aportaron su «medicina y ceremonia».
«Para nosotros es un día de mucha luz y mucha alegría en Jujuy como en toda Bolivia», expresó Zerpa.
Morales y Sala fueron sahumados con el tabaco de la selva y con la coa (hierba), dado que fue «un encuentro esperado desde hace mucho tiempo», según indicaron los participantes.
Para los amautas, además de tener un carácter simbólico desde lo político, la ceremonia tuvo «un marco integrador desde la cosmovisión andina y la cosmovisión amazónica».
Participaron del encuentro Raúl Noro, el esposo de Sala, junto a diputados provinciales como Alejandra Cejas, Emanuel Palmieri y Fátima Tisera, además del funcionario del PAMI Juan Manuel Esquivel y el dirigente justicialista Juan Giusti, entre otros.
También estuvieron integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desparecidos de Jujuy y de la asociación de ex presos políticos.
Por su parte, Morales será despedido mañana a las 10 por el presidente Fernández en La Quiaca, para luego encabezar una caravana de dos días que marchará desde Villazón hasta el Trópico de Cochabamba, su tierra natal, adonde llegará el 11, a un año exacto de su partida al exilio.
Antes, en La Quiaca, Morales y García Linera recibirán un doctorado honorario de la Universidad Nacional de Jujuy.