Qué expresar o qué decir cuando participamos en una sociedad (en cualesquiera de sus corporaciones) en donde no hay premios ni castigos. Quienes mal administran son los que presiden los entes generales del fútbol y los que dirigen mal son puestos en los partidos de mayor expectativa para seguir progresando en sus carreras. Aun así, estas cuestiones son anécdotas porque lo importante se desarrolla en paralelo, pero en el mismo escenario.
Llegamos a la cancha de Barracas Central cumpliendo con todos los protocolos emanados por la superioridad nacional y por la Asociación del Fútbol Argentino. Nuestro plantel, cuerpo técnico y auxiliares fueron sometidos a estrictos controles médicos e hicieron la burbuja sanitaria correspondiente.
Pero en esa cancha no sucedió lo que nos exigían a nosotros. Se violaron todas las reglamentaciones sanitarias, ya que había muchas más personas que las que dispone el protocolo de AFA: gente que no era parte del plantel profesional, no prestaba servicio alguno y se encontraba en las tribunas, cuando todos sabemos que no puede haber aficionados de una parcialidad. Sin embargo, aun cuando era llamativo y notorio, creíamos en la buena fe del club local.
Minutos más tarde, en una decisión incomprensible, el personal de seguridad privada del club local nos advirtió que los miembros de nuestra Comisión (CAB) no podían estar en cercanía a los vestuarios del club visitante. Dato no menor es que nos dieron pulseras para identificarnos, mientras era libre la circulación sin pulsera para individuos de la fracción de Barracas Central, quienes sí podían ir sin problemas hacia la zona de vestuarios.
Se violaron todas las reglamentaciones de seguridad
Cuando nuestros jugadores se dirigieron a un sector alejado de las instalaciones para hacer el calentamiento pre competitivo (campo auxiliar de fútbol) se pudo observar que tenía conexiones internas con quinchos, piletas y estacionamientos. Dentro de esas instalaciones se encontraban personas que sin control alguno se introdujeron luego al escenario donde se iba a disputar el encuentro futbolístico; otra irregularidad del club local. Estas personas fueron quienes después ocasionaron parte de los disturbios.
Según el jefe de seguridad del club local, era la zona 1 donde no se podía encontrar ningún tipo de persona. Pero después, por imágenes, pudimos identificar a 6 sujetos vestidos iguales (uniformes de personal de limpieza). Otra de la cantidad de irregularidades que vamos a demostrar.
Una vez comenzado el encuentro era muy visible que había muchísima más gente que la permitida en las tribunas e incumpliendo el distanciamiento social. Y alrededor de 20 personas dentro del terreno de juego por autorización de la terna arbitral, justificando que hacían tareas de mantenimiento y apertura de manga de salida de jugadores. Esto violando el protocolo de partido que ordena un máximo de 4.
Es decir, todo estaba planificado como zona liberada a favor del equipo local. Cualquiera podía circular por donde quería, zona 1, zona 2, dentro del campo de juego y del otro lado del alambre (esto luego no sería obstáculo), lo que nos dejaba en un estado de indefensión absoluta a toda la delegación. Evidentemente había un plan previamente urdido.
Crónica de un final anunciado
Al finalizar el encuentro y al producirse intercambio de palabras entre los cuerpos técnicos, un individuo le propinó un golpe de puño a uno de nuestros jugadores ocasionando una lesión facial. Al producirse este hecho, la fuerza policial tomó intervención identificando y deteniendo a este sujeto mayor de edad quien se encuentra a disposición de la justicia y fiscalías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Este fue el disparador, la señal que estaban esperando el resto de los individuos de la parcialidad local (especificar si eran barras, empleados y/o dirigentes es tarea de la justicia) para desplazarse a la zona de ingreso a vestuarios. Algunos saltaron el alambrado perimetral para entablar la gresca que es de público y notorio (contamos con todas las pruebas fílmicas) y así golpear, agredir e intentar lastimar a nuestros jugadores.
Evidentemente los jugadores se defendieron y luego intentaron ingresar al vestuario (ya que eran superados en número). Pero aquí la emboscada se completó, ya que una puerta lateral que conecta con el vestuario local se abrió para intentar agredirnos por ese lado. De manera desesperada, nuestra gente cerró la puerta y trató de contener el embate desde ese lugar.
En principio uno de los organismos presentes (del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y fiscalías judiciales) tomó intervención y realizó actas contravencionales a Barracas, dando como resultado 23 personas identificadas. Se cuenta con material audiovisual que ya tiene curso legal (según nos expresan) en la fiscalía general de CABA que lleva adelante esta investigación.
No contentos con todo esto, varios de los que participaron “disfrazados” de personal de limpieza en los hechos de violencia anteriormente relatados, una vez que nos disponíamos a retirarnos, se pusieron a descolgar las banderas de la barra del “Guapo”, lo que muestra a las claras que no estaban ahí para limpiar sino con otros propósitos.
Por cuestiones de una envergadura mucho menor, varios clubes han perdido puntos en los tribunales de disciplina, esperamos una condena enérgica de la AFA a estos hechos de violencia y un castigo ejemplar al club Barracas Central por haber liberado la zona para que ¿miembros de la barra? circulen libremente y agredan al equipo visitante; solicitamos a la justicia de CABA que haga público los nombres de todos los detenidos e identificados, su relación con el club en cuestión (queremos saber si hay también dirigentes) y disponga las máximas penas que correspondan ya que cuentan con material fílmico de toda índole, además de las actas labradas y las personas detenidas. Solicitamos a los entes correspondientes las sanciones por haber violado absolutamente todos los protocolos sanitarios.
Se habla de si fue lícito o no el gol, o si Belgrano perdió bien o mal, ¿por qué nadie habla sobre qué hubiera sucedido si alguno de los inadaptados que ingresaron al estadio y luego a la cancha portaba arma blanca o de fuego? ¿Hace falta la muerte de un jugador de Belgrano para que este hecho sea considerado grave?
Exigimos las sanciones en todos los ámbitos: deportivo, jurídico y sanitario.
Sobre el cierre, fue lamentable la falta de provisión de agua en el vestuario visitante, que hizo que nos retiremos sucios, custodiados y despojados de algo más que los puntos.
Y pensar que algunos salen a decir “no vamos a permitir más estos actos cobardes” por alguna declaración de prensa y no repudian los hechos que sufrió la delegación del Club Atlético Belgrano. Los mismos que nos maltratan, nos violentan y nos amenazan, ahora encima nos quieren castigar, haciéndonos pasar de víctimas a victimarios con el invento de la destrucción del vestuario, hecho que negamos rotundamente.
Que la impunidad no gane, esperemos la justicia nos dé una esperanza.
Fuente Ole